lunes, 2 de septiembre de 2024

Un momento... Dios revierte lo que parece imposible

 


UN MOMENTO CON DIOS

Dios revierte lo que parece imposible

“Cuando Jesús oyó la noticia, dijo: «La enfermedad de Lázaro no acabará en muerte. Al contrario, sucedió para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios reciba gloria como resultado”. (Juan 11. 4)



Si en este momento recibiéramos el llamado de alguien que nos dice que un amigo está muy enfermo a punto casi de morir, ¿Qué haríamos?
Seguramente, adonde estemos, lo primero seria hacer una oración por él, y en lo posible tratar de ir a verlo para estar cerca de ese querido amigo.
Pero aquí, Jesús nos sorprende con su actitud. Uno de sus amigos llamado Lázaro, de la ciudad de Betania, estaba enfermo.
Jesús amaba mucho a Lázaro, pero al enterarse de su enfermedad se queda dos días más en el lugar donde estaba parando.
Los discípulos no podían entender su actitud y estaban preocupados por la respuesta que les había dado su maestro: “Lázaro ha muerto; y me alegro por ustedes de no haber estado allí, para que creáis, más vamos a él”. (vs. 14, 15)
¿Qué quería decir Jesús con sus palabras? Los discípulos no encontraban respuesta a esta pregunta.
Más aún cuando al llegar a la ciudad se encontraron que Lázaro hacia cuatro días que había muerto y lo habían enterrado.
¿Alguna vez sentimos que nuestras oraciones no fueron contestadas a tiempo, que las cosas se ponen peor y que lo ha pasado parece irreversible?
En este relato parecería que sí, los discípulos preocupados por lo que veían con sus ojos naturales no podían ver que ahí con ellos estaba el gran Yo Soy.
Marta y María, las hermanas de Lázaro, se habían animado a reclamarle a Jesús, diciéndole “Si hubieses estado aquí, mi hermano no hubiera muerto”. (vs. 21 y 32).
Jesús, aún conmovido por la triste situación, y ante la tumba de su amigo, da una orden más inexplicable aún, “Quitad la piedra”, “¡Lázaro sal fuera!”. (vs. 39, 43)
Y todos los que hasta hace instantes lloraban por su amigo muerto, son protagonistas del maravilloso milagro de la resurrección de Lázaro.
Cuando miramos nuestros problemas, ¿cuántas veces pensamos que ya es tarde? No dudemos más, miremos a Jesús, él nos dice: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (v. 40)
Él nunca llega tarde, solo creamos.
Dios les bendiga abundantemente.

 

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