UN MOMENTO CON DIOS
No estamos solos
“Cada corazón conoce la amargura de su alma; Y extraño no se entremeterá en su alegría”. (Proverbios 14.10)
Una de las cosas más
devastadoras de nuestras pruebas es lo aislados que nos hacen sentir. Pueden hacernos
pensar que hay algo malo en nosotros: que somos débiles, incapaces de mejorar y
que nadie querrá estar cerca cuando atravesamos por estos momentos de
dificultad.
Nos preguntamos si estamos siendo castigados e
incluso podemos empezar a preguntarnos, todos los tipos de razones bajo por las
cuales habremos tenido que pasar por una prueba tan compleja. Todo ello suma
para hacernos sentir en el fundo del abismo y ser hasta demasiado severos con
nosotros mismos. Pero nada más lejos de la realidad.
Es un hecho universal: toda
persona se enfrenta a tiempos difíciles, obstáculos, decepciones y algún grado
de dolor emocional a lo largo de su vida. Si aún no nos hemos enfrentado a
ninguna dificultad, en algún momento de nuestra vida lo haremos. Por desgracia,
en este mundo caído, no pueden evitarse.
El gran rey David sintió a
menudo agonía, sobre la que podemos leer en los Salmos. Sufrió traiciones
asombrosas, pérdidas insoportables y fracasos desgarradores. En un momento dado
escribió: “Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, Ando enlutado todo
el día.” (Salmo 38.6).
Sin embargo, David también
escribió: “Porque en ti, oh Jehová, he esperado; Tú responderás, Jehová Dios
mío” (Salmo 38.15).
Sus himnos han consolado a
menudo a los que sufren, porque él comprendió de primera mano el dolor que
todos sentimos, pero aun así decidió confiar en Dios y halló la victoria.
Así nosotros también podemos
confiar en Dios y ver la victoria que Él tiene preparada para nuestras vidas.
Dios les bendiga
abundantemente.
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