miércoles, 4 de septiembre de 2024

Un momento... La decisión correcta

 


UN MOMENTO CON DIOS

La decisión correcta.

 

Entonces habló Rubén: “Yo les advertí que no le hicieran daño al muchacho, pero no me hicieron caso. ¡Ahora tenemos que pagar el precio de su sangre!”. (Génesis 42. 22)

 

Hacer las cosas bien es más difícil que no hacer las cosas mal. Cuando el grupo presiona, la situación apremia, la mayoría no apoya; cuando los principios y las creencias están en juego; cuando en tu pensamiento más íntimo piensas diferente, hay que ser valiente para animarse a hacer lo correcto. Rubén no estaba feliz con los sueños de José. Mucho menos con las interpretaciones. Tampoco le causaba ninguna gracia que Jacob, sin ningún tipo de disimulo, lo amase más que a todos. Le molestaba tanto o más que al resto de sus hermanos la túnica de colores que José usaba. Pero, no lo quería matar; con un susto era suficiente. Quizás así aprendiera.

Por haber profanado la cama de su padre (1 Crónicas 5. 1), él ya había perdido su primogenitura, pero Jacob no se la había dado a nadie. El candidato natural era Judá; pero el candidato del corazón paterno era José: una razón más para matarlo. Pero Rubén no se anima, y sugiere la idea de arrojarlo en un pozo.

Hacer lo correcto hubiera sido respetar la vida y la integridad del hermano menor, incluso defenderlo. Pero, la presión era mucha. No se animó. Solamente no hizo lo peor. No fue suficiente, como ocurre en la mayoría de las veces.

Siempre tenemos la oportunidad de tomar decisiones correctas, buenas y positivas o decisiones no tan malas, no tan negativas, no tan erradas. Quizá no vayamos a defender a quien lo merece, pero tampoco lo vamos a matar; lo vamos a arrojar a un pozo. Las intenciones hasta pueden ser buenas y correctas, pero las buenas intenciones no solucionan problemas por sí mismas.

Los ismaelitas continúan caminando por el desierto de este mundo comprando esclavos. Cuidado. No vaya a ser que quien queríamos defender en silencio, en secreto, cuando lleguemos para hacerlo ya esté a varios cientos de kilómetros de distancia, recorriendo el camino hacia la esclavitud.

Recordemos tomar la decisión correcta a tiempo.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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