UN MOMENTO CON DIOS
Tiempo de plantar
“Por eso, siempre que podamos, hagamos bien a todos…” (Gálatas 6. 10)
En este preciso
momento, en algún lugar en el mundo, algún agricultor está echando semillas en
la tierra. Pronto esas semillas comenzarán a cambiar en el lugar donde fueron
plantadas. El suelo cuidadosamente preparado que hoy parece árido se convertirá
en un campo listo para la cosecha.
De igual modo, los
buenos propósitos que hicimos hace varios meses, al comienzo del año nuevo, pueden
ser semillas echadas para alterar el paisaje de la vida para los demás y para
nosotros mismos.
Esta oración es un
poderoso modelo de este anhelo de traer un cambio positivo a este mundo en
sufrimiento:
“Señor, haz de mí un
instrumento de Tu paz.
Donde haya odio, déjame
plantar amor;
Donde haya daño,
perdón;
Donde haya duda, fe;
Donde haya
desesperación, esperanza;
Donde haya tinieblas,
luz; y
Donde haya tristeza,
gozo.”
El agricultor que
siembra trigo jamás se sorprende cuando brota la espiga del suelo donde ha sido
plantada. Así es la ley universal de la siembra y la cosecha: “No se
engañen ustedes: nadie puede burlarse de DIOS. Lo que se siembra, se
cosecha.” (Gálatas 6.7).
Nuestra naturaleza
pecaminosa dice: “Complácete, deléitate”, mientras que el Espíritu nos insta a
agradar a DIOS.
Hoy es tiempo de
plantar. Dios ha prometido: “A su tiempo segaremos, si no
desmayamos”.
¡Sembremos hoy lo que
queramos cosechar mañana!
Dios les bendiga
abundantemente.
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