martes, 19 de julio de 2022

Un momento... La visión de Dios

 


UN MOMENTO CON DIOS

La visión de Dios

 

«El SEÑOR mira desde los cielos; Él ve a todos los hijos de los hombres. Desde el lugar de su morada Él observa a todos los habitantes de la tierra; Él, que modela el corazón de cada uno de ellos; Él, que todas las obras de ellos entiende» (Salmo 33. 13 – 15)

        

 Uno de los mensajes electrónicos más interesantes que circularon hace algunos años decía así:

«Sgúen una ivnsetgaiicón de la Uinervdasid de Cmabridge, no iprmota en qué oredn etsán las lteras en una plaarba, lo úicno iprmoarnt es que la pirmrea y la útlmia ltera etésn en el lguar crorcteo. Lo dmáes pudee ser un dsreoedn ttoal y aún así pderooms leer sin porbelma aglnuo. Esto se dbee a que la mntee hmanua no lee cdaa ltera de por sí, snio la plaarba cmoo un tdoo.»

No sabemos si en realidad se llevó a cabo un estudio en la Universidad de Cambridge, pero, cualquiera que lee el texto lo puede entender claramente. Algo que normalmente no tendría mucho sentido fue descifrado por la capacidad que tiene el cerebro de ver palabras completas en vez de las letras individuales.

El conocimiento y la perspectiva de la mente humana la habilitan para ver todo el cuadro y encontrar sentido donde parece no haber ninguno.

Es importante recordar que Dios no tiene problema alguno para aclarar lo que está sucediendo en nuestra vida. «El SEÑOR mira desde los cielos; ÉL ve a todos los hijos de los hombres. Desde el lugar de Su morada ÉL observa a todos los habitantes de la tierra; ÉL, que modela el corazón de cada uno de ellos; ÉL, que todas las obras de ellos entiende».

Mientras nosotros lidiamos con fragmentos de información, el Señor lo sabe todo. La visión que ÉL tiene de nuestra vida es ilimitada y no conoce obstáculos.

La mayoría de nosotros preguntamos: «¿Por qué, Dios?» en momentos extremos, cuando la tragedia golpea y no podemos comprender cómo un Dios bueno puede dejar que ocurra algo así.

O cuando sucede algo tan bueno que nos quedamos abrumados porque no somos merecedores de ello. Algunas veces, la monotonía de nuestra lucha diaria puede parecer no tener sentido alguno tampoco, y nos preguntamos: «¿Esto es todo lo que hay?»

Como el salmista fue consciente de la visión de Dios, le dio la alabanza por Su cuidado fiel y Su misericordia. «He aquí, los ojos del Señor están sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia» (Salmo 33.18)  

Es Dios mismo en quien debemos confiar y no en las circunstancias que nos rodean. Cuando las letras de nuestra vida están revueltas, aferrémonos a nuestro amoroso Señor, Quien ve el cuadro completo y le da sentido a las palabras. 

Dios les bendiga abundantemente.

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