lunes, 25 de julio de 2022

Un momento... El porque se nos cierran las puertas

 


UN MOMENTO CON DIOS

El porque se nos cierran las puertas

 

 “Así que las iglesias eran animadas en la fe y aumentaban en número cada día. Atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.” (Hechos 16. 5 – 7)

 

No podemos evitar sentirnos frustrados cuando se nos cierra la puerta de una oportunidad, pero Dios muchas veces evitará que sigamos adelante para así poder redirigir nuestros pasos hacia otra senda mejor.

Lo que determinará si vamos a ser partícipes de una mayor bendición es nuestra reacción: ¿Le daremos puntapiés a la puerta cerrada o buscaremos que otra se abra?

El segundo viaje misionero de Pablo tuvo una serie de prohibiciones. Salió a visitar las iglesias que había fundado en Asia, pero el Espíritu Santo lo fue apartando de ciudad tras ciudad. ¡Debió de haberle resultado muy frustrante el no haber podido llevar a cabo la comisión del evangelio!: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,” (Mateo 28. 19)

Pero Pablo siguió viajando en busca de terreno fértil donde pudiera plantar una nueva iglesia; por fin, el Señor le mostró que había una puerta abierta en Macedonia.

La nueva ruta lo llevó a algunas de las ciudades clave de aquel tiempo: Filipos, Corinto y Éfeso eran grandes emporios comerciales rebosantes de dignatarios y de comerciantes extranjeros que llevarían el evangelio más lejos y más deprisa que Pablo.

El apóstol había partido con un plan atinado y realista, pero el razonamiento humano no siempre es confiable. La Biblia nos dice que “confiemos en el Señor en vez de en nuestro entendimiento” (Proverbios 3. 5)

Si queremos obedecer la voluntad de DIOS para nuestra vida, debemos vivir según la dirección del Espíritu Santo; pensemos en el hecho de que el DIOS del universo está tomando un momento para llamarnos la atención y redirigirnos en la dirección correcta.

Obedezcamos al Señor, y ÉL dirigirá nuestros pasos por la senda correcta y hacia las mejores puertas.

Dios les bendiga abundantemente.

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