UN MOMENTO CON DIOS
Deleitarse con la
palabra de Dios
“Pongan ustedes en práctica los mandamientos que yo les he ordenado hoy, para que así puedan vivir y llegar a ser un pueblo numeroso, y conquisten este país que el Señor prometió a sus antepasados.“ (Deuteronomio 8. 1)
La Biblia debe ser el
plato fuerte de nuestra dieta literaria. Si en lugar de pasar tanto tiempo en
la computadora o en los juegos, lo pasáramos ocupados en la Palabra de Dios,
nuestro espíritu y nuestro carácter serían fortalecidos y estarían
florecientes. No importa cuáles sean nuestras circunstancias, experimentaremos
gozo interior. La satisfacción que se deriva de tener una vida de obediencia no
se tiene sin la Biblia.
En la Palabra de Dios
encontramos la manera de cómo piensa el Señor, y lo que ÉL hace. También
descubrimos los preceptos para tener una vida exitosa. En realidad, ¿cómo
podemos tener fe en Dios si no lo conocemos? ¿Y cómo podemos ser como Jesús, si
no practicamos la conducta que ÉL indica en la Biblia?
Dios dijo a los
israelitas que no se desviaran de su Palabra, ni a la derecha ni a la
izquierda. Sólo una ruta recta haciendo Su voluntad se traduciría en éxito,
incluso cuando ciudades amuralladas como Jericó fueran un obstáculo (Josué 6.2).
Lo que esto significa
en términos prácticos es que cada vez que tomemos una decisión debemos
examinarla cuidadosamente por medio de lo que sabemos del Señor por la Biblia.
Al enfrentar una
crisis, escudriñemos la Biblia para responder, ¿qué quiere el Señor que
haga? No vivamos confiando en la opinión de otros, o en nuestra propia
inteligencia. Más bien, conformemos nuestra mente, corazón y voluntad a los
preceptos bíblicos.
El pan mantendrá nuestro
estómago lleno, pero nuestra vida estará vacía sin el diario alimento de la
lectura y la meditación.
Aprendamos a reconocer
el hambre espiritual para empezar a deleitarnos con la Palabra de Dios.
Dios les bendiga abundantemente.
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