UN MOMENTO CON DIOS
La presencia de Dios en
tiempos de dificultad
SALMOS 32: 7 “7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás.” (Salmo 32.7)
Algunos de los
versículos más preciosos en la Biblia fueron escritos cuando su autor estaba
experimentando luchas, dolor, malestar o angustia. Desde una perspectiva
terrenal, no siempre podemos distinguir entre lo que es un problema y lo que es
una bendición; a veces, el problema resulta siendo una de las bendiciones más
maravillosas de Dios en nuestra vida. Sin embargo, solemos pensar que si
vivimos con rectitud en este mundo impío, no tendremos que enfrentar ninguna
dificultad.
David pudo escribir
el Salmo 32, no porque se había sentado tranquilamente en una colina,
viendo sus ovejas y tocando su arpa. Por el contrario, pudo expresar esas
verdades profundas después de sufrir grandes dificultades y angustias, y
también de experimentar el perdón y la liberación de Dios. El gozo que David
encontró en el Señor fue más dulce, porque él había experimentado momentos
amargos.
El Padre Celestial no
siempre nos sacará rápidamente de la dificultad. ÉL puede ver cuándo vamos río
abajo, hacia la catarata, gritando: “Padre, ¿no ves a dónde estoy yendo?”. ÉL nos
ve y sabe cuándo estamos al límite de nuestros nervios, desolados y angustiados,
y cuando nos sentimos enojados y amargados.
Entonces, ¿por qué, a
veces, pareciera que DIOS estuviera tan lejos?
Dios no interviene
necesariamente como nosotros quisiéramos que lo hiciera, pero siempre está
presente en nuestros momentos de dificultad “Dios es nuestro amparo y
fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no
temeremos, aunque la tierra sea removida y se traspasen los montes al corazón
del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a
causa de su braveza.” (Salmo 46. 1 - 3);
“¡Jehová de los
ejércitos está con nosotros!¡Nuestro refugio es el Dios de Jacob! Selah” (Salmo
46. 7).
Además, DIOS da
respuesta a nuestras necesidades de una manera que nos beneficia a largo plazo.
La pregunta que debemos
hacernos es: ¿Estoy dispuesto a aprender lo que Dios quiere enseñarme por
medio de esta situación?
Dios les bendiga
abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario