UN MOMENTO CON DIOS
Confianza en la oración
“Ésta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (1 Juan 5. 14, 15)
A lo largo de toda
la Biblia, somos desafiados a orar. En el Sermón del monte, Jesús dice a Sus
discípulos que sigan pidiendo, buscando y llamando con la confianza de
que el Padre Celestial dará cosas buenas a sus hijos (Mateo
7. 7 -11).
Y en Filipense 4. 6,
Pablo nos exhorta a orar sin cesar. Por tanto, es obvio que Dios
quiere que vengamos a ÉL con todas nuestras necesidades y preocupaciones.
El pasaje de hoy nos asegura
que el Señor escucha y responde nuestras oraciones. Pero esta promesa es
acompañada por una condición: debemos pedir de acuerdo con la voluntad de
ÉL.
Sin embargo, ¿Cómo podemos
saber si nuestra petición es lo que ÉL desea? Gran parte de la voluntad de
Dios está indicada claramente en la Biblia.
Aunque nos gustaría estar
seguros de que el Señor escuchará y responderá, a veces nuestras oraciones
parecen disparos a ciegas, porque no tenemos idea de si armonizan con Su
voluntad.
Si nos atrevemos a
reconocerlo, también hay momentos en los que sólo queremos que Dios haga lo que
le pedimos, sin reparar en lo que ÉL desea.
Si queremos orar de manera
eficaz, nuestra meta no debe ser ofrecer oraciones rápidas, irreflexivas o
egoístas con la esperanza de recibir respuestas rápidas. Por el contrario,
debemos aprender a orar con sabiduría y paciencia.
Además de expresar nuestras
preocupaciones y peticiones a Dios, debemos ofrecernos a nuestro Padre, como lo
hizo Jesús en Getsemaní: “En seguida Jesús se fue un poco más adelante, se
inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y oró diciendo: «Padre mío, si es
posible, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga lo que yo quiero,
sino lo que quieres tú.»” (Mateo 26. 39) Cuando nos rendimos al Señor y somos obedientes a ÉL, Su
Espíritu nos guía y nos da la sabiduría que necesitamos para orar de acuerdo
con Su voluntad.
Dios les bendiga
abundantemente.
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