UN MOMENTO CON DIOS
Cómo vencer el desánimo
“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, DIOS, el alma mía.” (Salmo 42. 1)
Para vencer el desánimo
permíteme sugerirte nueve pasos específicos:
1. Hagámonos una auto
evaluación. Examinemos las causas, con honestidad y en oración.
2. Admitamos que estamos
desanimados. Es fácil evitar, ignorar o mentir acerca del desánimo. Pero no
aceptarlo es fatal, y eso garantiza el fracaso.
3. Identifiquemos
específicamente la causa de nuestro desánimo. Llamémosla por su nombre, y luego
enfrentémosla.
4. Recordemos la
naturaleza del desánimo. Las frustraciones vendrán y se irán, pero el desánimo
es por elección propia.
5. Comencemos a meditar con
frecuencia en la Palabra de Dios. De esta manera, podremos determinar con
precisión lo que sentimos, porque entonces será algo real (Salmo 3. 2 - 4;
Salmo 16. 7, 8; Salmo 63. 6 - 8; Salmo 77. 12; Salmo 119. 15)
6. Llevemos nuestro desánimo a
Dios en oración. Pidámosle que nos revele qué quiere enseñarnos en esta área de
nuestra vida.
7. Concentrémonos en Dios, no
en nuestra situación. Pidámosle que nos ayude a ver esta frustración y Sus
lecciones desde nuestra perspectiva.
8. Veamos la causa como una
oportunidad para crecer, aún en las dificultades.
9. Declaremos estas tres
verdades en voz alta: el Padre Celestial está conmigo en el dolor; ÉL tiene el
control de mi vida, y ha permitido esto por alguna razón; ÉL es un Dios bueno,
que convertirá esta frustración en una bendición.
El desánimo puede parecer muy
inofensivo, pero no subestimemos nunca su poder destructivo. Si nos mantenemos
alerta, podremos evitar esta trampa mortal.
Dios les bendiga
abundantemente.
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