TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Sea mi corazón íntegro en tus estatutos, para que no sea yo avergonzado”. Salmos 119. 80.
Consideremos
está inspirada oración como conteniendo la seguridad de que quienes se apoyan
en la Palabra de Dios jamás se avergonzarán de haber obrado así. La petición
que en ella se hace es de un corazón integro. Bueno es poseer un corazón
integro y sin juicio sano; pero mucho mejor es tener un corazón integro por lo
que respecta a la verdad.
Amemos
la verdad, reconozcámosla y obedezcamos; de otra suerte no seremos íntegros en
los estatutos del Señor. ¿Hay muchos en estos días malos que son íntegros?
¡Quiera el Señor que el autor y el lector sean uno de ellos! Muchos serán
avergonzados en el último día cuando todos los problemas queden resueltos.
Entonces
comprenderán la locura de sus pensamientos, y estarán llenos de remordimientos
a causa de su orgullosa incredulidad y su obstinada desconfianza en el Señor.
Los justos resplandecerán como el sol. Quienes han sido calumniados e
injuriados verán en aquel día cambiada su vergüenza en gloria.
Presentemos
al Señor la petición de nuestro texto y tendremos la seguridad de que esta
promesa se cumplirá en nosotros. Si el Señor nos concede la gracia de ser
íntegros, Él nos guardará seguros.
Hoy,
Viviremos en integridad porque Dios desea eso de mi alma.
Señor,
Gracias por darnos tu Espíritu quien me ayudará a vivir en Integridad por amor
a tu nombre.
Charles
Spurgeon.
Libro de Cheques Del Banco de la Fe.
Dios les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario