sábado, 26 de diciembre de 2020

Tiempo... Salmo 107. 7

 



TIEMPO DE REFLEXIÓN

 

“Halló a Jacob en tierra de desierto, y en desierto horrible y yermo; lo trajo alrededor, lo instruyó, lo guardó a la niña de sus ojos”. Salmo 107. 7.

 

¿Cuál y cómo será el camino que me espera en este día?

¿Pasaré por sombras y angustias?

No lo sabemos. Solo sabemos que necesitamos caminar en este día por fe y plenamente confiados en que el cuidado de Dios sobre Jacob se repetirá sobre nuestra vida en este día.

A Jacob lo halló en tierra del desierto. Desierto horrible y yermo, sin embargo Dios lo trajo alrededor, lo .instruyó y lo guardó como a la niña de su ojo.

Sus promesas nos recuerdan que como el águila que despierta su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas; así lo hará el Señor con nosotros hoy.

Él nos llevará y él nos guardará en este día. “El Señor confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Y hoy, aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque él estará conmigo; su vara y su cayado me infundirán aliento”.

El Señor me pastoreará siempre y en las sequías saciará mi alma y seré como huerto de riego y como manadero de aguas, cuyas aguas nunca faltan. Porque Dios es Dios eternamente y para siempre; él nos capitaneará hasta la muerte.

¿Qué más podemos desear?

¿Qué más puede anhelar nuestra alma?

¿De qué temeremos hoy, si estamos seguros que Él nos guiará por el camino recto?

¿En quién más podremos confiar?

Hoy no hay razón para que nuestra alma se angustie, ya que tomados de la mano con el Señor, el buen pastor nada podremos temer. Cuando Él nos lleva la seguridad nos invade y la fortaleza nos envuelve, porque de nada podremos dudar. Él es el Señor de la eternidad. Hoy es un buen día para probar nuevamente su fidelidad y sabia dirección.

Gracias Señor. En medio de los caminos tortuosos veremos tu manera prodigiosa de conducirnos. Como ovejas de tu prado seremos sabiamente dirigidos.

Queremos caminar detrás de tus pisadas sin angustia, ni soledad, ni duda, porque cuando te seguimos, el horizonte se abre y la esperanza crece dentro de nosotros.

Gracias porque en ti hay plenitud de gozo y hermosa dirección que nos lleva, nos toma con firmeza y nos guiará y nos cuida como la niña de tu ojo. Gracias Padre.

Dios les bendiga abundantemente.

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