TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Halló a Jacob en tierra de desierto, y en desierto horrible y yermo; lo trajo alrededor, lo instruyó, lo guardó a la niña de sus ojos”. Salmo 107. 7.
¿Cuál
y cómo será el camino que me espera en este día?
¿Pasaré
por sombras y angustias?
No
lo sabemos. Solo sabemos que necesitamos caminar en este día por fe y
plenamente confiados en que el cuidado de Dios sobre Jacob se repetirá sobre
nuestra vida en este día.
A
Jacob lo halló en tierra del desierto. Desierto horrible y yermo, sin embargo
Dios lo trajo alrededor, lo .instruyó y lo guardó como a la niña de su
ojo.
Sus
promesas nos recuerdan que como el águila que despierta su nidada, revolotea
sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas; así
lo hará el Señor con nosotros hoy.
Él
nos llevará y él nos guardará en este día. “El Señor confortará mi alma, me
guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Y hoy, aunque ande en
valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque él estará conmigo; su
vara y su cayado me infundirán aliento”.
El
Señor me pastoreará siempre y en las sequías saciará mi alma y seré como huerto
de riego y como manadero de aguas, cuyas aguas nunca faltan. Porque Dios es
Dios eternamente y para siempre; él nos capitaneará hasta la muerte.
¿Qué
más podemos desear?
¿Qué
más puede anhelar nuestra alma?
¿De
qué temeremos hoy, si estamos seguros que Él nos guiará por el camino recto?
¿En
quién más podremos confiar?
Hoy
no hay razón para que nuestra alma se angustie, ya que tomados de la mano con
el Señor, el buen pastor nada podremos temer. Cuando Él nos lleva la seguridad
nos invade y la fortaleza nos envuelve, porque de nada podremos dudar. Él es el
Señor de la eternidad. Hoy es un buen día para probar nuevamente su fidelidad y
sabia dirección.
Gracias
Señor. En medio de los caminos tortuosos veremos tu manera prodigiosa de
conducirnos. Como ovejas de tu prado seremos sabiamente dirigidos.
Queremos
caminar detrás de tus pisadas sin angustia, ni soledad, ni duda, porque cuando
te seguimos, el horizonte se abre y la esperanza crece dentro de nosotros.
Gracias
porque en ti hay plenitud de gozo y hermosa dirección que nos lleva, nos toma
con firmeza y nos guiará y nos cuida como la niña de tu ojo. Gracias Padre.
Dios les bendiga abundantemente.
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