TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto”. Proverbios 3. 6.
Hoy
podríamos tener presentes muchas cosas, pero lo más importante es tener
presente al Señor. Muchos hijos de Dios se han ejercitado profundamente
en el asunto de ser guiados y dirigidos por el Señor. Cada uno de ellos
puede dar testimonio de la belleza de tener presente al Señor en todo lo que se
hace, porque definitivamente él nos llevará por el camino recto.
El
hijo de Dios que desea tener presente al Señor en todo lo que hace es
aquel que busca conocer la voluntad de Dios, va al libro sagrado para
encontrar dirección y refresca su confianza por mirar como Dios lo ha guiado a
través de los tiempos y en cada circunstancia.
Abraham
dejó su tierra y su parentela y empezó a caminar sin otra guía que la dirección
del Señor y marchó por un desierto seco sin saber a dónde iba, pero con la
confianza total en el Señor. Por cuarenta años los israelitas caminaron
por el desierto con la dirección absoluta del Señor. Josué entró a la
tierra prometida y atravesó las dificultades y venció a los enemigos bajo la
dirección del Señor.
Leemos
en la Biblia como los apóstoles marcharon a través de las dificultades,
las persecuciones, solo con la dirección completa del Señor.
Hoy
podemos encomendar nuestro camino a Él, porque sabemos que Él enderezará
nuestras veredas.
La
Biblia promete que el Señor nos guiará si le tenemos presente a
Él.
Él
dice en su Palabra Yo te enseñaré y te instruiré acerca del camino que debes
andar.
El
Señor nos guiará continuamente si ponemos en Él nuestra confianza. Él
dijo: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas”. Esta
palabra promete que su luz nos alumbrará.
Cuando
ponemos nuestra esperanza en el Señor, una nueva fuerza llega hasta nosotros y
las sombras de las dudas se disipan.
Hoy,
casi al final de este año, es un día para tener presente al Señor en todos
nuestros caminos y poder caminar con seguridad y confianza para cada día del
próximo año que ha de venir.
Señor,
Gracias por ser nuestra luz y nuestra Salvación. Hoy queremos andar
en confianza delante de ti y poner toda nuestra vida en tus manos.
Gracias
porque en ti hemos podido confiar y gracias por la fortaleza que nos impartes
en la vida diaria. Gracias por tu amor y por ser mi guía perfecto en
medio de nuestros caminos imperfectos.
Dios les bendiga abundantemente.
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