LO
QUE DEBEMOS CONOCER
¿Qué
significa para los cristianos estar en el mundo pero no ser parte del mundo?
Los
creyentes necesitan estar "en el mundo". Se puede dar por hecho que
los creyentes están en el mundo; nosotros residimos en la Tierra, después de
todo. Sin embargo, estar en el mundo implica más que simplemente habitarlo.
Necesitamos estar realmente involucrados en nuestras sociedades. Jesús les dijo
a sus discípulos: " Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las
naciones" (Mateo 28.19).
No debían separarse del mundo y esperar que otros
vinieran a ellos para escuchar la verdad. Se les dijo "vayan".
De
manera similar, en Juan 17.15, Jesús oró con respecto a sus discípulos:
" No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del
maligno." Sus discípulos necesitaban permanecer en el mundo, no ser
llevados al cielo.
Hechos
1. 8 e Isaías 43.10 nos dicen que debemos ser testigos al
mundo. Mateo 5.16 nos dice que nuestra luz debe brillar ante los
demás para señalarles a Dios.
Permitir
que nuestra luz brille requiere que estemos alrededor de las personas.
Ser "no del mundo" requiere que estemos libres de influencia mundana. Esto no significa que no participemos de la sociedad. Significa que no actuamos como lo hace el mundo no salvo.
Ser "no del mundo" requiere que estemos libres de influencia mundana. Esto no significa que no participemos de la sociedad. Significa que no actuamos como lo hace el mundo no salvo.
No
somos esclavos de nuestra naturaleza pecaminosa, sino que actuamos de acuerdo
con la justicia (Romanos 6. 6 - 11).
Se
nos dice que hagamos morir las cosas que son de naturaleza pecaminosa y huyamos
de la inmoralidad (Colosenses 3. 5 -10, 1 Corintios 6.18, Gálatas 5.
16 - 24, Efesios 5. 3 - 11).
Se
nos insta a que nos “ejercitemos para la piedad" (1 Timoteo 4. 7); somos
"imitadores de Dios" (Efesios 5. 1); no tenemos nada que ver con
"obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas"
(Efesios 5.11).
Nos
sometemos a las autoridades y nos preparamos para buenas obras (Tito 3. 1).
En
esencia, actuamos de acuerdo con la nueva naturaleza que se nos ha dado en
lugar de la naturaleza pecaminosa del mundo (2 Corintios
5.17, 21; Tito 3. 3 - 8). "Somos embajadores de Cristo" (2
Corintios 5.20), difundiendo Su fragancia (2 Corintios 2. 15 - 16) a través del
mundo.
Primera de Pedro 2. 9 dice: "Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable." Vivimos en un mundo de oscuridad, pero no somos parte de esa oscuridad.
Primera de Pedro 2. 9 dice: "Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable." Vivimos en un mundo de oscuridad, pero no somos parte de esa oscuridad.
No
somos del mundo porque estamos en Cristo; tenemos la luz. Y mientras todavía
estamos en el mundo, estamos llamados a ser apartados, hacer que brille la luz
para que otros puedan conocerlo y ser salvos (Mateo 5. 13 -16).
Dios
les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario