sábado, 4 de septiembre de 2021

Cada día... Por qué actuamos con maldad.

 


CADA DÍA CON DIOS

Por que Actuamos con Maldad

 

Por naturaleza los seres humanos tenemos la capacidad de hacer lo bueno o hacer lo malo, todos tenemos esos dos sentimientos dentro de nosotros, termina dominándonos aquel que más alimentamos. 

Podemos alimentar la maldad o podemos alimentar la bondad eso depende de nosotros. 

Alimentamos a cualquiera de esos sentimientos a través de nuestra forma de pensar, son nuestros pensamientos lo que determinan nuestra forma de actuar. 

La maldad consiste en obrar deliberadamente de una forma que dañe, maltrate, humille, deshumanice o destruya al otro, o en hacer uso de la propia autoridad y del poder sistemático para alentar o permitir que lo hagan. 

Absalón tenía razones suficientes y fuertes para sentir odio por su hermano ya que el violo y ultrajo a su hermana. 2 Samuel 13. 14 “Mas él no la quiso oír, sino que pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella.” Aunque él tenía la razón su error estaba en la forma como actuó. 

Que hace que actuemos mal. 

1. Desear lo que no conviene. 2 samuel 13.  2 “Y estaba Amnón angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana, pues por ser ella virgen, le parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna” Las cosas malas no suceden de la noche a la mañana, primero la maquinamos en nuestra mente y crece tanto que pronto terminamos haciéndolo.  

2. Dejarnos mal influenciar. 2 Samuel. 5 “Y Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama, y finge que estás enfermo; y cuando tu padre viniere a visitarte, dile: Te ruego que venga mi hermana Tamar, para que me dé de comer, y prepare delante de mí alguna vianda, para que al verla yo la coma de su mano.” Las malas compañías tarde o temprano terminan alterando nuestra manera de ser o de actuar. 1 Corintios 15. 33 “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.” 

Los seres humanos somos influenciables, las demás personas nos estimulan para que actuemos de buena o de mala forma. 

3. No escuchar buenas razones. 2 Samuel 13. 14 “Mas él no la quiso oír, sino que pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella.” La terquedad termina obligándonos a cometer actos desagradables.  

4. Utilizar a los demás. 2 Samuel 13. 15 “Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y le dijo Amnón: Levántate, y vete.” Cuando desechamos a las personas después de haberlas utilizado hace que nuestro corazón se insensibilice y se llene de maldad.  

5. Guardar los enojos en el corazón y no hablar a tiempo. 2 Samuel 13. 22 “Mas Absalón no habló con Amnón ni malo ni bueno; aunque Absalón aborrecía a Amnón, porque había forzado a Tamar su hermana.” El no hablar en momentos de angustia o de injusticia hace que nuestro corazón se cargue y se endurezca.  

6. Querer vengarnos nosotros mismos.  2 Samuel 13. 28 “Y Absalón había dado orden a sus criados, diciendo: Os ruego que miréis cuando el corazón de Amnón esté alegre por el vino; y al decir yo: Herid a Amnón, entonces matadle, y no temáis, pues yo os lo he mandado. Esforzaos, pues, y sed valientes.” Los sentimientos de venganza hacen que maquinemos maldad contra los demás. Los humanos somos seres de costumbre, nos acostumbramos a ser buenos o nos acostumbramos a ser malos.  

7. Sentirse rechazado. 2 Samuel 13. 37 “Mas Absalón huyó y se fue a Talmai hijo de Amiud, rey de Gesur. Y David lloraba por su hijo todos los días.” Una persona que se siente rechazada es más propensa a sentir envidia y odio por los demás en especial por los que lo rechazan.  

8. Dejarnos Llevar por nuestras emociones. Jeremías 17. 9 “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” nuestras emociones son malas consejeras. Tomar decisiones en momento de mucha angustia o de mucha felicidad nos puede hacer equivocar.  

Todos los seres humanos tenemos algo de bueno y algo de malo. Depende de a cuál alimentamos más para que se manifieste en nuestra parte exterior, el odio y el amor tienen la capacidad de hacernos actuar de manera extraordinaria tanto en lo bueno como en lo malo.  

Dios les bendiga abundantemente.

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