martes, 7 de septiembre de 2021

Cada día... Con Dios no hay casualidades.

 


CADA DÍA CON DIOS

Con Dios no hay Casualidades.

 

Todos los seres humanos deseamos lograr grandes cosas para nuestra vida, pero muchas veces, aunque nos esforzamos y hacemos lo mejor sentimos que no es suficiente.

La buena noticia es que no importa lo que nosotros planificamos para nuestra vida ni lo que otros planifican para nosotros, lo que se cumple es lo que Dios tiene determinado para cada uno de nosotros.

Dios no es Dios de casualidades, Dios es Dios de Propósitos, todo está dentro de sus planes, esto no quiere decir que nosotros no tengamos que hacer nada. 

Dios elige nuestro destino, pero nosotros decidimos que hacer con él, Dios diseña nuestra vida, pero nosotros somos quienes decidimos que hacer con ese diseño. 

Ahitofel tenía un plan perfecto para acabar con la vida de David. 2 Samuel 17.  1 “Entonces Ahitofel dijo a Absalón: Yo escogeré ahora doce mil hombres, y me levantaré y seguiré a David esta noche,” No nos preocupemos por los malos propósitos que muchos puedan tener en nuestra contra. 

Lo que Ahitofel no sabía es que Dios tenía otros planes muy diferentes, Dios quería acabar con Absalón y proteger a David.  

Dios hizo que Absalón desconfiara de esa propuesta y buscara otro consejo el cual era contrario al de Ahitofel. 2 Samuel 17.  11 “Aconsejo, pues, que todo Israel se junte a ti, desde Dan hasta Beerseba, en multitud como la arena que está a la orilla del mar, y que tú en persona vayas a la batalla.” 

Dios utiliza cualquier circunstancia o a cualquier persona para cumplir con sus planes con respecto a nosotros. 2 Samuel 17. 14 “Entonces Absalón y todos los de Israel dijeron: El consejo de Husai arquita es mejor que el consejo de Ahitofel. Porque Jehová había ordenado que el acertado consejo de Ahitofel se frustrara, para que Jehová hiciese venir el mal sobre Absalón.” Dios sabía que ese plan era perfecto para acabar con David y no lo iba a permitir.  

Dios siempre tiene el control 

1. Dios, a veces, permite que vivamos momentos difíciles, pero el siempre está con nosotros. Isaías 43. 2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” Dios no promete que nos evitará el pasar por el fuego o por el agua, Dios promete que el estará con nosotros cuando pasemos por el fuego o por el agua. 

2. No permitamos que el afán domine nuestra vida. Mateo 6. 25 “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” Las personas afanadas por lo general viven de la ansiedad y la ansiedad las hace tomar malas decisiones.  

3. No nos preocupemos por el mañana. Mateo 6. 34 “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” Esto no quiere decir que debemos vivir de manera desorganizada. Lo que Dios nos quiere decir es que debemos vivir y disfrutar cada momento de nuestra vida. 

4. Dios nos sostiene para que no desfallezcamos. Isaías 41. 10 “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” Dios no nos quita los problemas porque muchos de ellos nos ayudan a crecer y a desarrollarnos. 

5. Mantengamos una muy buena relación con Dios. Filipenses 4. 6 - 7 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” Solo Jesucristo puede darnos fortaleza y paz en medio de las dificultades. 

6. Dejemos de luchar en nuestras fuerzas. Cuando dejamos que Jesucristo tenga el control él nos da de sus fuerzas. Isaías 40. 29 “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” Las fuerzas de Dios no nos evitan el cansancio, pero si nos evita caer en el desánimo.  

7. Confiemos en Jesucristo. Confiar es mucho más que creer, creer cualquiera puede creer hasta los demonios. Santiago 2. 19 “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.” Confiar es entregar nuestra vida a la voluntad de Dios así no entendamos las circunstancias por las que estemos pasando.  

Todos sabemos que Jesucristo tiene el control el problema es que muy pocos nos atrevemos a confiar en Él, dejemos de luchar en nuestras fuerzas entreguémonos a Jesús y dejemos que Él se encargue de nuestra vida.  

Dios les bendiga abundantemente.

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