martes, 5 de noviembre de 2024

Un momento... Solamente Jesús puede darnos un nuevo comienzo

 


UN MOMENTO CON DIOS

Solamente Jesús puede darnos un nuevo comienzo


“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.  (Juan 3. 3)

 

La frase «nacido de nuevo» ha llegado a ser muy bien conocida en nuestra cultura. Esta frase viene de una conversación en una noche, entre Jesús y un hombre llamado Nicodemo. Nicodemo era uno de los 70 mandatarios de Israel y un prominente maestro en la tierra. Una noche bajo la oscuridad, para que nadie lo viera, Nicodemo vino a Jesús y simplemente le dijo, «Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él», (Juan 3. 2)

Aunque los fariseos se oponían a Jesús, Nicodemo no podía negar que Jesús era un maestro enviado por Dios. Jesús ignora la declaración de Nicodemo y va al motivo de su visita. Fue a la pregunta que estaba enterrada en lo profundo del corazón de Nicodemo, demasiado profundo quizá, para que aún Nicodemo se diera cuenta de ello. Jesús declaró, «De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios».

Jesús está diciendo: Nicodemo, tú debes nacer de nuevo, nacer nuevamente, nacer de arriba. Tú necesitas un nuevo nacimiento. Si una persona va a ver el reino de Dios, si cualquier persona va a ser salva e ir al cielo, entonces esa persona debe nacer de nuevo. Nicodemo, tú puedes ser un buen religioso. Puedes ser miembro del Sanedrín. Puedes ser un maestro de Israel. Tú puedes tener un gran entrenamiento teológico. Pero, tú necesitas nacer de nuevo.

Con una simple declaración, Jesús barrió con todo el fundamento que Nicodemo tenía, todo lo que había aprendido y los esfuerzos de la religión. Él no necesitaba religión, reforma o conocimiento. Nicodemo necesitaba nacer de nuevo. Dos versos después, Jesús clarificó qué significa nacer de nuevo, cuando dijo, «De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios». Jesús simplemente reitera lo que acababa de decir sobre el nuevo nacimiento. Nosotros debemos nacer de nuevo, eso es, nacer del agua y del Espíritu. Nosotros debemos tener un nuevo nacimiento, un nuevo nacimiento espiritual. Es el trabajo del Espíritu. Es el trabajo de Dios para nosotros.  

Dios les bendiga abundantemente.

 

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