viernes, 8 de noviembre de 2024

Un momento... No nos inquietemos por nada

 


UN MOMENTO CON DIOS

No nos inquietemos por nada

 

"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias". (Filipenses 4. 6 – 7)

 

 

No estar afanosos por nada significa que no tenemos por qué tener miedo, preocuparnos, alarmarnos ni asustarnos por nada, porque todas las cosas obran para el bien de quienes aman a Dios.

Aunque a veces lo olvidemos y nos volvamos locos de preocupación, es cierto que Dios usa todas las circunstancias, por muy malas que parezcan, para su gloria y para nuestro crecimiento, mejoramiento y refinamiento. Sabiendo esto, podemos estar tranquilos y regocijarnos en el Señor siempre, aplicando las palabras del apóstol a nuestras vidas "Por nada estéis afanosos", el consejo de Pablo para la iglesia

La frase específica viene de Filipenses 4:6 "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias". 

La Nueva Versión Internacional expresa Filipenses 4. 6 - 7 de esta manera: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, mediante oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” 

Este conocido versículo forma parte de la exhortación, aliento y oración del apóstol Pablo por los cristianos de Filipos. El apóstol escribió el libro de Filipenses durante su encarcelamiento en Roma, exhortando a la iglesia de Filipos a seguir su ejemplo y animándolos a hablar la Palabra de Dios “sin temor” (Filipenses 1:14) cuando se enfrentaran a la persecución.

Si alguien tenía problemas o pruebas y tenía motivos para preocuparse, ese era el apóstol Pablo, pero aun así aconseja a la iglesia "Por nada estéis afanosos" 

Esta situación a cualquiera podría haberle causado estrés, ansiedad y preocupación, sin embargo, Pablo podía estar tranquilo, podía estar en paz porque llevaba todas sus preocupaciones a Dios en oración. 

No había de que preocuparse si Pablo ya había puesto la situación delante de Dios, no había nada de que temer si ya Dios estaba al control de la situación.

Debemos aprender del ejemplo de Pablo y confiar en Dios en toda circunstancia, por más difícil que sea.

 Él siempre nos dará la mejor salida y la victoria, por eso de antemano seguro podemos darle gracias por lo que va a hacer.

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario