lunes, 8 de julio de 2024

Un momento... Viviendo sin prisa

 


UN MOMENTO CON DIOS

Viviendo sin prisa

 

"En Dios solamente está acallada mi alma; de Él viene mi salvación. Solamente Él es mi roca y mi salvación; es mi refugio, no resbalaré mucho."  (Salmo 62. 1 – 2)

 

El mundo que nos rodea pone cada vez más énfasis en la importancia de obtener grandes logros, hacer más y ser mucho más. Con mucha facilidad caemos en un círculo interminable de actividades que consumen nuestro tiempo de tal manera que sin apenas darnos cuenta llega la noche, estamos sumamente cansados y en la mayoría de las ocasiones nos faltó tiempo para completar muchas de esas actividades.

Así van pasando nuestros días, dejando en nosotros cargas, preocupaciones y tensiones que se van acumulando y llegan a producir agotamiento físico y mental.

Cuando David escribió el Salmo 62, estaba en medio de fuertes pruebas que ponían sobre él grandes presiones mentales, emocionales y físicas, al punto que se sentía exhausto. Quizás intentó conseguir el tan deseado descanso de diferentes maneras, pero en el pasaje de hoy expresa con toda certeza la única y verdadera forma de obtener un descanso profundo y verdadero. "En Dios solamente está acallada mi alma”, declara David.

En otras palabras: “Solamente en el Señor podemos encontrar verdadero sosiego.”

Debemos aplicar la experiencia de David en nuestras vidas. Para ello tenemos que encontrar el tiempo para estar quietos delante del Señor y descansar en ÉL.

En una hermosa escena del evangelio según Marcos, Jesús dijo a Sus discípulos: "Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco." (Marcos 6. 31). Ciertamente el Señor estaba consciente de la necesidad humana de hacer un alto en el corre - corre, y tomar un tiempo para descansar física y mentalmente.

Sin duda alguna pasar unos días de vacaciones en la playa o en la tranquilidad de un retiro montañoso resulta muy beneficioso para un cuerpo y una mente que necesitan descanso. Pero hay ocasiones en las que se requiere un descanso aún mayor y más profundo.

Jesús también está consciente de esto. Por eso en Mateo 11. 28 nos dice: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar." El descanso que Jesús nos ofrece es mucho más profundo y reparador que aquel que podemos obtener por nuestros propios medios.

Descansar en Dios es simplemente echarnos en Sus brazos y permitirle que se haga cargo de nuestros problemas, de nuestras cargas, de nuestras preocupaciones.

El mismo David nos da otro consejo en el Salmo 55. 22: “Echa sobre Jehová tu carga, y Él te sustentará...” Cuando lo hacemos, entonces nuestro espíritu se renueva, nuestra mente apresurada se aquieta, una gran paz llena nuestros corazones, y sentimos nuevas fuerzas para continuar adelante.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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