UN
MOMENTO CON DIOS
Orando
al único mediador
“Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús”. (1 de Timoteo 2. 5)
Algunos
de nosotros somos expertos en buscar soluciones, cuando no entendemos algo
tratamos de encontrar razones y justificaciones que lo hagan más comprensible,
si queremos alcanzar algo y no lo logramos procuramos encontrar algo similar
que lo sustituya, aunque sea por un tiempo.
Las
personas han fallado una y otra vez en atraer a Dios con métodos e ideas,
procurando conocer y experimentar de Él en sus términos y no a través de cómo Dios
lo desea. Y por lo tanto todos estos intentos han sido fallidos y han nos
llevado a muchos a sentirse frustrados.
En
muchas otras áreas de la vida, al no estar dispuestos a ceder y hacer las cosas
a la manera de Dios, se buscan sustitutos más cómodos de conocer y “agradar”.
La
gente se ha fabricado imágenes de personas, animales o seres que no existen
para darles adoración y respeto; han creado reglas y métodos bajo la apariencia
de una religión para sentirse bien consigo mismos al cumplirlos sin importar
que al hacerlo no hayan conocido nada nuevo de Dios.
Mucha
gente ora, pero ¿Por qué ora? Existen muchas respuestas a esta pregunta, lo
hace por necesidad, por obligación, por costumbre, etc. Pero… ¿qué es lo que
los motiva a hacerlo? En muchos casos es la esperanza de que sean escuchados
para recibir aquello que anhelan.
Pero no
saben que la oración, más que un rezo repetitivo, es una conversación con Dios,
es una charla entre Dios y nosotros.
Cuando
Jesús murió en la cruz nos concedió el perdón y a través de Él nos hizo posible
el acercarnos al trono de Dios; de manera personal para presentar nuestras
peticiones y para conversar con Él y conocerlo.
Muchas
veces queremos conocer al Señor a través de otras personas en lugar de hacerlo
personalmente.
Si
hemos creído en nuestro corazón que Jesús es nuestro Salvador y le hemos
entregado el control de nuestra vida, ya tenemos el pase libre para hablar
directamente con el Padre. Así como podemos hablar libremente en todo momento
con un ser querido, y no necesitamos de ninguna audiencia, ni ningún
intermediario para hacerlo.
Cuando
oramos debemos vivir con la seguridad de que Dios nos escucha, con la
expectativa de que en cualquier momento nos puede hablar o contestar a lo que
le pedimos, y que seguramente nos dará lo que mejor nos convenga porque nos
ama. Aun cuando tarde en contestarnos, o la respuesta sea un no.
Dios ha
establecido que la oración sea la manera a través de la cual abramos la puerta
para que Él trabaje en nosotros y a través de nosotros.
Jesucristo
es el único camino hacia el Padre, y es mediante la oración que podemos
conocerle y llevar nuestras peticiones delante de Él.
¡No
necesitamos que nadie más se comunique con Dios por nosotros! Tenemos la
entrada libre a Su Presencia.
Llevemos
nuestras peticiones delante de Él, creamos en nuestro corazón que nos escucha,
mantengamos una expectativa alta invirtiendo en nuestra relación personal e
individual con Él cada día.
Dios
les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario