UN
MOMENTO CON DIOS
Meditando
en nuestras prioridades
“no seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová y apártate del mal” (Proverbios 3.7)
Mantener
un orden correcto en las prioridades es indispensable para realizar
exitosamente cualquier labor. En nuestra vida, es importante analizar cuáles
son las prioridades que ocupan nuestro corazón, para de esa manera poder
corregir las desviaciones existentes.
La
voluntad de Dios es que crezcamos, que maduremos, que nos asemejemos cada día
más a su Hijo. Así que nuestro Buen Padre está muy atento a nuestro diario
vivir. Él considera muy importante que nosotros tengamos un orden
correcto en nuestras prioridades, que tengamos nuestro tesoro en el lugar
apropiado, en la persona apropiada. De hecho, fue el mismo Señor Jesús quien
aseguró: “donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro
corazón” (Mateo 6.21)
El
orden de los factores sí altera el producto. Muchas cosas y actividades en
nuestra vida no requieren necesariamente un orden estricto; pero otras no
pueden ser hechas de otra manera, sino siguiendo un orden exacto. Pues en lo
espiritual, el orden es algo vital.
Dios
advierte una y otra vez en su Palabra acerca del peligro de dar menor
importancia a lo que debe dársele mayor importancia.
Atender
con más diligencia a las cosas de esta vida, las cosas temporales; las cosas
que complacen nuestros deseos carnales, nuestros propios anhelos; antes que
atender nuestra relación con Dios. Es en verdad un peligroso cambio de orden.
Nuestro
corazón es engañoso y muchas veces nos hace sentir cómodos en el error. La
palabra de Dios nos amonesta en no confiar en nuestro propio
corazón: “engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso;
¿Quién lo conocerá?” (Jeremías 17.9). Nos reprende también ante la inclinación
de apoyarnos en nuestra propia prudencia, una prudencia basada solo en el
pensamiento lógico, o en las circunstancias del momento: “no seas sabio en
tu propia opinión; teme a Jehová y apártate del mal” (Proverbios 3.7).
Nuestro
corazón siempre encontrará argumentos, razones, para hacernos estar cómodos en
nuestro pecado.
Recordemos
las parábolas del tesoro escondido y la perla de gran precio (Mateo 13.44-46).
Estas personas encontraron estos tesoros tan valiosos que vendieron todo lo que
tenían para obtenerlos.
Como
debemos corregir este desorden en nuestras prioridades.
Escuchando
la Palabra de Dios. Solo exponiéndonos a
Comenzar
de inmediato a buscar los instrumentos que nos ayudaran a poner en práctica una
vida de prioridades correctas. Es necesario comenzar a tomar decisiones,
hacer resoluciones. No basta con reconocer nuestro pecado, debemos comenzar a
cambiar cosas, alejarnos de cosas.
Dios les
bendiga abundantemente.
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