jueves, 25 de julio de 2024

Un momento... Meditando en nuestras prioridades

 


UN MOMENTO CON DIOS

Meditando en nuestras prioridades

 

“no seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová y apártate del mal” (Proverbios 3.7)

 

Mantener un orden correcto en las prioridades es indispensable para realizar exitosamente cualquier labor. En nuestra vida, es importante analizar cuáles son las prioridades que ocupan nuestro corazón, para de esa manera poder corregir las desviaciones existentes.

La voluntad de Dios es que crezcamos, que maduremos, que nos asemejemos cada día más a su Hijo. Así que nuestro Buen Padre está muy atento a nuestro diario vivir.  Él considera muy importante que nosotros tengamos un orden correcto en nuestras prioridades, que tengamos nuestro tesoro en el lugar apropiado, en la persona apropiada. De hecho, fue el mismo Señor Jesús quien aseguró: “donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6.21)

El orden de los factores sí altera el producto. Muchas cosas y actividades en nuestra vida no requieren necesariamente un orden estricto; pero otras no pueden ser hechas de otra manera, sino siguiendo un orden exacto. Pues en lo espiritual, el orden es algo vital.

Dios advierte una y otra vez en su Palabra acerca del peligro de dar menor importancia a lo que debe dársele mayor importancia.

Atender con más diligencia a las cosas de esta vida, las cosas temporales; las cosas que complacen nuestros deseos carnales, nuestros propios anhelos; antes que atender nuestra relación con Dios. Es en verdad un peligroso cambio de orden.

 Nuestro corazón es engañoso y muchas veces nos hace sentir cómodos en el error. La palabra de Dios nos amonesta en no confiar en nuestro propio corazón: “engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá?” (Jeremías 17.9). Nos reprende también ante la inclinación de apoyarnos en nuestra propia prudencia, una prudencia basada solo en el pensamiento lógico, o en las circunstancias del momento: “no seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová y apártate del mal” (Proverbios 3.7).

Nuestro corazón siempre encontrará argumentos, razones, para hacernos estar cómodos en nuestro pecado. 

Recordemos las parábolas del tesoro escondido y la perla de gran precio (Mateo 13.44-46). Estas personas encontraron estos tesoros tan valiosos que vendieron todo lo que tenían para obtenerlos.

Como debemos corregir este desorden en nuestras prioridades. 

Escuchando la Palabra de Dios. Solo exponiéndonos a la Palabra de Dios, podemos entrar en razón. Solo la Palabra de Dios nos aclara la mente para hacer un honesto y serio auto examen. La Palabra produce convicción. “Porque el mandamiento es lámpara, la enseñanza es luz”, dice el sabio (Proverbio 6.23).  

Comenzar de inmediato a buscar los instrumentos que nos ayudaran a poner en práctica una vida de prioridades correctas.  Es necesario comenzar a tomar decisiones, hacer resoluciones. No basta con reconocer nuestro pecado, debemos comenzar a cambiar cosas, alejarnos de cosas.  

Dios les bendiga abundantemente.

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