UN MOMENTO CON DIOS
Ser sabio y entendido
“Si entre vosotros alguien se precia de sabio o inteligente, demuestre con su buena conducta su amabilidad y su sabiduría.” (Santiago 3. 13)
Mucha gente tiene una carrera
desesperada por ser sabio, inteligente y entendido. Cada día están estudiando e
inscribiéndose en cursos para ser más sabios, pero no han aprendido las
lecciones básicas de la vida. Ellos quieren aprender lecciones de libros,
pero ignoran las lecciones de la vida diaria que Dios nos enseña y que tienen
un valor profundo.
Las lecciones diarias de la
vida son sencillas, pero a la vez profundas.
Aquí algunas lecciones más
sencillas de la vida, si las aprendemos seremos sabios.
Dios es el primero en la
vida, porque el principio de la sabiduría es el temor reverente a Dios.
Dios nos ha regalado un
cuerpo. Si nos gusta ese cuerpo o lo odiamos, ese regalo Dios nos lo dio
por el resto de nuestra vida, de manera que es mejor que aprendamos a amarlo y
a convivir con él.
Siempre aprenderemos lecciones
en la vida. Estamos inscriptos en una universidad que se llama Vida. Cada
día en esta escuela tendremos la oportunidad de aprender nuevas lecciones. Nos
gusten o no las lecciones, son lecciones y hay que aprenderlas.
Una lección es repetida hasta
que ella es aprendida. Esa lección será presentada una y otra vez de
varias formas hasta que la aprendamos. Sólo cuando las hayamos aprendido podremos
pasar a la próxima lección.
No hay errores, sólo
lecciones. El crecimiento es un proceso que implica errores, pero en la
vida y con Dios esos errores se convierten en lecciones.
El aprendizaje de lecciones es
un proceso que no tiene fin. No existe parte de la vida que no contenga
lecciones. Si estamos vivos, entonces todavía hay lecciones que aprender.
Los otros son espejos para nuestra
vida. No podemos amar u odiar a nadie a menos que entendamos que lo que
amamos u odiamos es un reflejo de lo nuestro que amamos u odiamos.
Hagamos de nuestra vida algo
que crece. Tenemos todas las herramientas y recursos que Dios nos ha dado
para la formación de nuestra vida. Lo que hagamos con esas herramientas
determinará nuestro crecimiento, pero siempre la decisión es nuestra.
Las repuestas están en la
Palabra de Dios (La Biblia). Cuando las dudas nos asalten y la confusión nos
rodee busquemos las respuestas en la Palabra de Dios.
Dios les bendiga abundantemente.
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