UN MOMENTO CON DIOS
Dios, el único refugio
“Solo en Dios encuentro paz; mi salvación viene de él. Solo él me salva y me protege. No caeré, porque él es mi refugio”. (Salmo 62. 1, 2)
Mientras el mundo continúa
enfatizando la importancia de obtener mayores logros, hacer más y ser mucho
más, bien podríamos nosotros encontrarnos atrapados en un círculo interminable
de actividades.
Nuestros días, regularmente,
se ven sacudidos por una neblina gigante de muchas actividades como trabajo,
comidas, reuniones y asuntos domésticos. Y aunque individualmente estas responsabilidades
son pequeñas, cuando se combinan día tras día, pueden crear tensiones y
conducirnos al agotamiento.
Cuando esto ocurre, debemos
dar los siguientes dos pasos:
Primero, debemos
encontrar el tiempo suficiente para estar quietos delante del Señor y descansar
en ÉL. En una hermosa escena del evangelio de Marcos, Jesús dijo a sus
discípulos: “Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un
poco” (Marcos 6. 31)
Descansar en Dios renueva
nuestra alma y aquieta nuestra mente apresurada, capacitándonos para recibir de
Su fortaleza.
Segundo, frecuentemente
debemos preguntarnos. ¿Todas estas actividades en nuestra vida son
necesarias y han sido escogidas por Dios? El Salmos 46. 10 nos
ordena: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios…”
Esencialmente, Dios desea que
bajemos la velocidad y que nos demos cuenta de que nuestra vida está en Sus
manos. Con esta seguridad, podemos sustituir nuestro esfuerzo por el descanso y
la confianza.
Hoy mismo pidamos a Dios que nos
revele cualquier área de nuestra vida
en la que estemos “esforzándonos”
innecesariamente y en ÉL encontraremos esa paz que sólo Dios nos puede dar.
Dios les bendiga
abundantemente.
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