UN MOMENTO CON DIOS
Nuestras preocupaciones
"Depositen en Él toda ansiedad, porque Él cuida de ustedes." (1 Pedro 5. 7)
Los defensores de derechos de
los animales estarán muy complacidos al saber que un médico de Chicago ha
dejado de utilizar perros en un programa de investigación sobre úlceras
estomacales. La razón no tuvo nada que ver con los sentimientos de culpa del
médico, sino con que los perros simplemente se negaron a estar tensos y
preocupados, dos condiciones casi esenciales para sufrir de una úlcera.
El médico dijo: "Si
a un perro le provocamos una úlcera por me Dios artificiales, él se sentará y
dejará que su cuerpo se cure a sí mismo, negándose a dejarse afectar por me
Dios externos de preocupación". ¡Qué bueno sería si los seres humanos
tuviéramos esta misma sabiduría que los perros!
El ser humano vive preocupado.
Nos preocupamos mucho y nos preocupamos por numerosas cosas, y por largos
periodos de tiempo. Y, aunque la realidad es que no podemos sentarnos y dejar
que nuestro cuerpo se cure a sí mismo negándonos a las preocupaciones, sí
existe una solución al problema de la preocupación: podemos entregarle a Dios
nuestros problemas.
Eso es lo que la primera carta
de Pedro aconseja a los cristianos a hacer y, quienes siguen su consejo,
descubrirán que Su amantísimo Salvador realmente los cuida. ÉL está al
pendiente de los problemas, dolores, heridas y las preocupaciones de cada uno
de nosotros. Jesús vivió, murió y resucitó para mostrarnos que a ÉL le importa
nuestro destino eterno, pero también le importa nuestro presente de cada día.
Hagamos hoy el propósito de
depositar nuestra ansiedad sobre Jesús, porque ÉL tiene cuidado de nosotros.
Dios les bendiga
abundantemente.
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