lunes, 24 de junio de 2024

Un momento... Contando nuestros días

 


UN MOMENTO CON DIOS

Contando nuestros días

 

 “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”. (Salmo 90. 12)

 

Vivimos en una sociedad invadida de señales de advertencia. Todo lo que se vende y/o consume debe contar con 'las advertencias'. Hay muchos ejemplos, desde los descargos de responsabilidades en las píldoras; las fechas de vencimiento en los sobres de sopa y en otros alimentos, hasta los indicadores de peligro en las sierras eléctricas, etc., etc. Estas etiquetas procuran evitar peligros latentes.

Cuando pensamos en la fragilidad de la vida, deberíamos preguntarnos si colocarnos todos uno de esos adhesivos colorados de advertencia que traen los paquetes que son frágiles.

No es buena idea andar por la vida pensando que somos invencibles, para después descubrir que somos mucho más frágiles de lo que pensábamos. Sólo hace falta una llamada del médico diciendo que tenemos una enfermedad casi mortal, el viraje brusco de un conductor descuidado delante de nosotros o el fallecimiento repentino de un ser querido para que recordemos que la vida es sumamente incierta.  ¡No hay garantía de nada! Nadie puede estar seguro de que seguirá respirando.

Por eso, el salmista da un consejo importante, una etiqueta de advertencia, por así decirlo: «Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría».

No debemos pasar nuestros días desapercibidos. Cada día que se inicia es una nueva oportunidad que hay que disfrutar porque es Dios quien nos lo regala.

Cualquiera que sea la etapa de la vida, niñez, juventud, adultez o vejez, la vida siempre nos brinda oportunidades de crecer en fe y sabiduría.

Contar nuestros días es la reacción apropiada ante el avance inevitable de la vida. El secreto no reside en tener muchos años. El secreto está en cómo se viven esos años que Dios le regala a uno; lo que hacemos con esa vida que Dios nos obsequia, las huellas que se dejan en los corazones de los demás, el trabajo que realizamos a favor de un mundo mejor.

Decidamos vivir cada día como si fuera nuestro último instante en este mundo, amando más intensamente, con mayor disposición a perdonar, dando más generosamente, hablando a otros con más amor y agradando a Dios en todos nuestros actos.

El ayer pasó; el mañana es incierto; el hoy está aquí ahora, usémoslo sabiamente.

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

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