domingo, 7 de enero de 2024

Un momento... Seguro de vida

 


UN MOMENTO CON DIOS

Seguro de vida

 

"Tú, Señor mi Dios, eres mi esperanza; Tú me has dado seguridad desde mi juventud."  (Salmo 71. 5)

 

Las empresas que venden seguros nos ofrecen diferentes pólizas y coberturas, protección contra roturas, auxilio mecánico en la ruta, y hasta abogados en caso de una demanda. Pero lo que no pueden darnos es la seguridad de que nada malo nos ocurrirá. No pueden evitar choques, accidentes o demandas. Su tarea se limita a ayudar cuando esas cosas ya ocurrieron.

Podríamos preguntarnos por qué las personas no se enojan con las empresas de seguros cuando tienen un accidente, pero sí se enojan con Dios. En fin, como hijos de Dios sabemos que Sus promesas son reales y concretas, y se cumplen conforme a Su buena y perfecta voluntad.

Pero también sabemos muy bien que la vida del cristiano no está determinada por la ausencia de todo riesgo, sino quizás por la presencia de grandes desafíos que sólo podemos afrontar en la seguridad que Dios implanta en nuestras mentes y corazones por la obra de Jesús en la cruz y la presencia constante del Espíritu Santo.

Así es como Dios nos llama desde pequeños a buscar seguridad en Él; nos concede a través de Cristo Jesús el perdón de pecados y la salvación. Ya sea en la actividad y turbulencia de la juventud o en la quietud de la adultez, ésta es la seguridad que nos acompañará toda la vida y en toda situación.

Esa esperanza es segura y da sentido a todo lo que hacemos. Nuestra mayor esperanza son la resurrección y la vida eterna. Por eso es que, junto al salmista, confesamos que nuestra única esperanza está en Dios: con Él todo es posible.

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

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