CADA
DÍA CON DIOS
Una
vida pura
El mandato de Dios desde un principio es que debemos ser puros de toda contaminación, por esta razón se debía sacrificar una vaca roja para que a través de sus cenizas hacer esta purificación.
Números 19. 9 “Y un hombre limpio recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento en lugar limpio, y las guardará la congregación de los hijos de Israel para el agua de purificación; es una expiación.”El
agua con la ceniza de la vaca purificaría al inmundo. Números 19. 11 - 12 “El
que tocare cadáver de cualquier persona será inmundo siete días Al tercer día
se purificará con aquella agua, y al séptimo día será limpio; y si al tercer
día no se purificare, no será limpio al séptimo día.”
Ser
puro es tener una vida transparente no solo en lo espiritual, también se debe
aplicar en cada una de las áreas de nuestra vida.
Ser
transparente es mucho más que tan solo santidad espiritual, ser transpire tiene
que ver con luchar cada día por ser mejor y hacer mejor las cosas.
Para
lograr ser puros se requiere de la intervención del Espíritu Santo en nuestra
vida, de todo nuestro esfuerzo y sobre todo que estemos dispuestos a lograrlo.
Hoy
en día Dios no acepta sacrificios de animales. Hebreos 10. 5, 8 “Por lo cual,
entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me
preparaste cuerpo. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y
expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se
ofrecen según la ley)”
El
único que nos puede purificar de manera verdadera es Jesucristo. Hebreos 9.
14 “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno
se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras
muertas para que sirváis al Dios vivo?”
Como
Podemos ser Puros.
1.
Entendiendo que nosotros mismos no podemos purificarnos. Mateo 26. 41 b “el
espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” Por más que nos
propongamos ya no pecar más, las tentaciones nos pueden vencer.
2.
Haciendo uso de la oración como medio de purificación. Mateo 26. 41 a “Velad y
orad, para que no entréis en tentación;” Solo cuando tenemos una perfecta
comunión con Cristo podemos mantenernos firmes.
Lo
que mantenía firme a Jesucristo era la oración a pesar de que Jesús estaba muy
ocupado el siempre sacaba tiempo para orar. Lucas 5: 15-16 “Pero su fama se
extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase
de sus enfermedades. Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.”
3.
Manteniéndonos alejados de las conversaciones que sabemos nos pueden
contaminan. 1 Corintios 15. 33 “No erréis; las malas conversaciones corrompen
las buenas costumbres.”
4.
Entendiendo que el mundo es una mala influencia para nosotros. Santiago 4.
4 “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad
contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye
enemigo de Dios.” Las tradiciones y prácticas que se hacen en el mundo nos
terminan contaminando y alejando de Dios.
5.
Entendiendo que en este mundo estamos en medio de la impureza. Filipenses 2. 15
“para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio
de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como
luminares en el mundo;” No es aislándonos como conseguimos ser puros, la pureza
se la consigue tomando la decisión de no contaminarnos con la impureza.
6.
Manteniéndonos firmes en la palabra de Dios. Filipenses 2. 16 “asidos de la
palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he
corrido en vano, ni en vano he trabajado.” Solo la palabra de Dios nos ayuda
para no caer en la inmundicia.
La Palabra
de Dios tiene el poder de hacer que todo lo que hagamos nos salga bien. Josué
1. 8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá
bien.”
7.
Entendiendo que el mantenernos puros o no es nuestra decisión. Génesis 4. 7 “Si
bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la
puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.” La
inmundicia cualquiera que sea no nos puede dominar, nosotros tenemos el poder
de dominar el pecado.
Si
nosotros tomamos la decisión de no contaminarnos el Espíritu Santo nos ayuda
para que lo podamos conseguir.
8.
Reconociendo nuestros errores y arrepintiéndonos de corazón. Hechos 5. 31 “A
éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a
Israel arrepentimiento y perdón de pecados.”
Ser
puros no es fácil pero con Jesucristo tampoco es imposible, lo único que
tenemos que hacer es disponer nuestro corazón y Jesucristo viene a nuestra
ayuda él puede purificarnos.
Dios
les bendiga abundantemente.
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