CADA
DÍA CON DIOS
JESÚS,
SU RESURRECCIÓN ES NUESTRA RESURRECCIÓN
¿Qué habría pasado si Jesús no hubiese resucitado? Que no habría cristianos en el mundo, que el cristianismo no existiría, que hoy en toda la tierra más de dos mil millones cristianos no estaríamos su resurrección.
“Si la muerte hubiera sido superior a Jesús, todo habría concluido. Jesús hubiera sido olvidado. De su vida, su evangelio, su muerte, no habría quedado más que un amargo sabor a utopía, ingenuidad o fracaso”.Así
de importante es la resurrección de Jesús. A Jesús hemos de verle en su
realidad completa, y nunca por separado. Su vida, muerte y resurrección forman
una unidad indivisible. Si Jesús murió como murió fue porque vivió de la
manera que vivió, y si resucitó, fue porque vivió y murió como lo hizo, vivió y
murió predicando el evangelio del Reino.
Por
eso DIOS le resucitó al tercer día. “¿Por qué buscáis entre los muertos al que
vive? No está aquí. Ha resucitado”.
Pero
Jesús no se queda en su resurrección. Nos promete a todos sus seguidores que
vamos a correr su misma suerte, que también nosotros vamos a resucitar.
Nos
regala la resurrección. “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí
aunque muera vivirá para siempre”. Juan
11.25
El
apóstol Pablo insiste: “Si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo
modo a los que han muerto en Jesús, Dios los resucitará con él”.
1 de
Tesalonicenses 4.14
Jesús
viene a cumplir uno de los anhelos más fuertemente arraigado en el corazón del
hombre, vivir para siempre. Pero vivir
siempre no de cualquier manera, sino vivir siempre de manera totalmente
feliz, sin un miligramo de dolor, de sufrimiento, de tristeza.
DIOS
nos ha creado con ansias de eternidad, de eternidad feliz. Pero no está en
nuestras manos saciar este deseo.
La
resurrección de Jesús es la victoria sobre la muerte. Estamos celebrando la
resurrección de Jesús y nuestra resurrección, a una vida de total felicidad y
para siempre.
Jesús
ha cambiado el rumbo de la humanidad. Ha introducido en todos nosotros algo que
no estaba en nuestro código genético natural.
Ha
sido capaz de alargar nuestra vida más allá de la muerte, para toda la
eternidad y una eternidad feliz.
Gracias
a Jesús, ni la muerte, ni el hambre, ni las guerras, ni las enfermedades, ni la
crisis económica, ni el paro, ni la corrupción, ni la violencia, ni las
injusticias… tienen la última palabra.
Este
día de resurrección puede ser también la resurrección de todo aquel que se
acerque a Jesús y crea en Él y le siga.
Jesús
dijo: “De cierto, de cierto os
digo: El que cree en mí, tiene vida eterna”.
Juan 6. 47
De
la mano de Jesús caminamos hacia un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el
primer cielo y la primera tierra habrán desaparecido y el mismo DIOS enjugará
las lágrimas de nuestros ojos, y la muerte no existirá más, ni habrá
duelo, ni gritos, ni dolor, porque todo esto es ya pasado.
Apocalipsis
21. 1 - 5
Dios les bendiga abundantemente.
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