CADA
DÍA CON DIOS
Limpiando
nuestro Corazón
Para que todas las cosas funcionen muy bien se necesita de hacerles mantenimiento, es decir es necesario estarlas limpiando.
Con
el uso y el transcurrir del tiempo las máquinas y los diferentes accesorios que utilizamos se
llenen de mugre que impide su buen funcionamiento.
Los
seres humanos funcionamos de esa misma forma, con el tiempo y los diferentes
problemas de cada día, nuestro corazón se va llenando
de mugre que contamina nuestro cuerpo y no nos deja actuar de la
mejor manera.
Esa
suciedad en nuestro corazón puede ser envidia, dolor, amargura y muchas otras cosas.
Los
israelitas estaban a punto de entrar a la tierra prometida y la orden era una
sola pero muy importante: echen a todos los moradores de esta tierra. Números
33. 50 - 53 “Y habló Jehová a Moisés en los campos de Moab junto al
Jordán frente a Jericó, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando
hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra de Canaán, echaréis de delante de
vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus ídolos de
piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares
altos; y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo
os la he dado para que sea vuestra propiedad. ”
Hoy
en día ya no tenemos que entrar a ninguna tierra física para ser felices, pero
si debemos tomar posesión de nuestro corazón.
Nuestro
corazón es decir nuestras emociones o sentimientos son el centro de nuestra
vida y el que determina lo que nosotros somos.
Debemos
tener en cuenta dos cosas muy Importantes para conquistar nuestro
corazón.
1.
La conquista es paso a paso. Números 33. 1 “Estas son las jornadas de los hijos
de Israel, que salieron de la tierra de Egipto por sus ejércitos, bajo el mando
de Moisés y Aarón.” La travesía para conquistar la tierra prometida fue por
estaciones, de esta forma para controlar nuestras
emociones necesitamos hacerlo por pasos.
2.
Si dejamos cosas malas en nuestro corazón estas nos causaran dolor y malestar. Números
33. 55 “Y si no echareis a los moradores del país de delante de vosotros,
sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y
por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que
vosotros habitareis.” Hay muchas personas a quienes hace muchos años las
hirieron y todavía no pueden olvidar.
Que
debemos echar de nuestro corazón para ser felices.
1.
Amargura. Hebreos 12. 15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la
gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y
por ella muchos sean contaminados” La amargura más que dañar a
los demás nos daña a nosotros mismos.
2.
Enojo sin control. Efesios 4. 26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol
sobre vuestro enojo,” No es malo enojarse, lo malo es cuando el enojo termina
dominándonos y hacemos daño a los demás.
3.
Envidia y codicia. Santiago 4. 2 “Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de
envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que
deseáis, porque no pedís.” Las personas que se sienten mal cuando otros
progresan son infelices.
4.
Rencor. Levíticos 19. 18 “No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu
pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová” El odio guardado
en el corazón envenena el alma, causando infelicidad.
Porque
debemos limpiar nuestro corazón.
1.
Nuestra boca habla de lo que hay en nuestro corazón. Mateo 15. 18 “Pero lo que
sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.” Si queremos
conocer como es una persona tan solo analicemos su manera de hablar.
2.
Nuestros actos son reflejo de lo que hay en nuestro corazón. Proverbios 15. 13
“El corazón alegre hermosea el rostro; Mas por el dolor del corazón el
espíritu se abate.” El mejor embellecedor para nuestro rostro es
un corazón alegre.
3.
Dios mira nuestro corazón. 1 Samuel 16. 7 “Y Jehová respondió a Samuel: No
mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque
Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante
de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” Las palabras pueden mentir, pero lo
que hay en el corazón es lo que en verdad cuenta.
Nuestro
corazón es el centro y el motor de nuestra vida si el corazón o sea nuestra
área emocional funciona bien todo nuestro ser funcionara bien. Permitamos que
Jesucristo limpie nuestro corazón.
Dios
les bendiga abundantemente.
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