CADA
DÍA CON DIOS
Re
direccionando lo Malo.
Las personas de éxito son aquellas que saben re direccionar lo malo que le puede suceder, es decir tienen la habilidad para cambiarle de rumbo a lo malo.
Jesucristo
es quien nos da esa habilidad es el quien lo puede hacer. Génesis 50. 20
“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo
que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo”
Muchas
personas van a querer hacernos mal, pero debemos estar seguros que Jesucristo
re direcciona, utiliza lo malo para hacer algo bueno en nosotros.
Quienes
somos hijos de Dios sabemos que todo lo que nos pasa es para bien. Romanos 8.
28 “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para
bien, esto es, para los que son llamados conforme
a su propósito”
Como
Re direccionar lo Malo.
1.
No presagiando más males de lo que ya nos está pasando. Génesis 50. 15 “Viendo
los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá
José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos.” Aparte de que los
hermanos de José acababan de perder a su padre, ya estaban pensando en el mal
que les podría venir.
2.
Teniendo la capacidad de perdonar. Génesis 50. 17 “Así diréis a José: Te ruego
que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te
trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos de
Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.” Las cosas malas que nos han
hecho nos causa dolor, y la falta de perdón agudiza más el dolor.
El
verdadero perdón consiste en ya no recordar o al menos con dolor la ofensa o el
daño que nos hicieron. Dios nos da ejemplo de eso. Isaías 43. 25 “Yo, yo soy el
que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus
pecados.”
3.
Conservando la humildad en cualquier situación que estemos pasando. Génesis 50.
18 “Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él, y dijeron:
Henos aquí por siervos tuyos.”
4.
No permitiendo que el poder controle nuestras emociones. Génesis 50. 19 “Y les
respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios?” Para las personas
que no saben controlar sus emociones, el otorgarles algún grado de poder se les
puede convertir en algo malo para su vida.
5.
Aprovechando los buenos momentos por los cuales estemos pasando para ayudar a
los demás. Génesis 50. 21 “Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a
vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló, y les habló al corazón.” La vida
da muchas vueltas, así como hoy alguien puede estar en abundancia cuando menos
lo esperemos podemos cambiar las cosas.
Ayudar
a los demás es una forma de invertir lo que tenemos para sacarlo cuando ya no
tengamos. Lo que hoy hacemos por otros ellos lo pueden estar haciendo por
nosotros. Mateo 7. 12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres
hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley
y los profetas.”
Consecuencias
de hacer lo Bueno en lugar de lo Malo
1.
Dios nos Bendice y nadie puede maldecirnos. Números 23. 7 - 8 “Y él tomó su
parábola, y dijo: De Aram me trajo Balac, Rey de Moab, de los montes
del oriente; Ven, maldíceme a Jacob, Y ven, execra a Israel. 8 ¿Por
qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que
Jehová no ha execrado?”
2.
Vivimos siempre sabiendo que somos bendecidos. Efesios 1.3 “Bendito sea el Dios
y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”
Las
bendiciones de Jesucristo en nuestra vida es lo que echa fuera toda maldición.
Números 23. 20 “He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición,
y no podré revocarla.”
3.
Dios no escucha oraciones en nuestra contra. Deuteronomio 23. 5 “Mas no quiso
Jehová tu Dios oír a Balaam; y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en
bendición, porque Jehová tu Dios te amaba”
Nunca
debemos responder agresión con agresión o maldición con maldición. El ignorar
las maldiciones y confiar en Jesús es lo que hace que la maldición lanzada por
otros no surta efecto en nosotros.
2
Samuel 16. 12 - 13 “Quizá mirará Jehová mi aflicción, y me dará Jehová bien por
sus maldiciones de hoy. Y mientras David y los suyos iban por el camino, Simei
iba por el lado del monte delante de él, andando y maldiciendo, y arrojando
piedras delante de él, y esparciendo polvo.”
No nos
preocupemos por nuestros enemigos Dios puede cambiar el mal que ellos nos
quieran hacer por bien para nuestra vida. Nadie puede maldecir a un hijo de
Dios.
Para
que la maldición de nuestros enemigos no surta efecto en nuestra vida debemos
creer firmemente que ya somos bendecido con toda bendición. La bendición de
Dios echa fuera toda maldición.
Dios
les bendiga abundantemente.
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