CADA
DÍA CON DIOS
El
Arte de Saber Esperar.
El no saber esperar es precisamente el mal de nuestra sociedad, si hay algo que no sabemos y que lógicamente no nos gusta es precisamente esperar.
Para
poder desarrollar el arte de saber esperar es necesario primero desarrollar la
paciencia. La paciencia no es precisamente uno de los cultivos que más
cuide esta sociedad. Sin embargo, ser impacientes nos
trae Sufrimientos e insatisfacciones, ya que no nos permite disfrutar
porque estamos siempre pensando en el futuro y, cuando este llega, rara vez es
suficiente porque seguimos pensando en el siguiente futuro.
Que
hace que vivamos de Afán.
1.
Las circunstancias difíciles.
Génesis
39. 20 “Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos
del rey, y estuvo allí en la cárcel.” José era un hombre justo, pero estaba en
la cárcel y esto de alguna forma lo desesperaba.
Nos
llenamos de miedos. El mal control del miedo nos estanca y en algunas ocasiones
hasta vamos en retroceso.
Nos
turbamos, nuestra mente se nubla y aunque tenemos ojos no vemos, por lo tanto,
las cosas nos quedan mal.
2.
Las circunstancias agradables. El esperar algo que nos gusta o que nos encanta
también produce ansiedad la cuales se manifiesta en afán.
El
mal manejo de la alegría hace que nos equivoquemos en la toma de decisiones.
Cuando las emociones nos dominan perdemos el control o la capacidad de pensar
con claridad.
Que
Debemos hacer para mantener el Arte del Esperar.
1.
No siempre depender de los demás.
Génesis
40. 14 “Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses
conmigo de misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta
casa.” José creía que la solución estaba en lo que él hizo y en lo que el
copero pudiera hacer.
Si
dependemos de Jesucristo y de nuestra capacidad vamos a evitar la ansiedad y la
desesperación.
Si
nuestras decisiones dependen de otros o de las circunstancias nos vamos a
sentir impotentes
2.
Creer que todas las cosas suceden en su tiempo.
Génesis
40. 23 “Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó.”
Saber esta verdad nos permite aprovechar bien el tiempo mientras llega la hora
de lo que queremos hacer.
El
no saber esperar las cosas en su tiempo causa ansiedad y desesperación, y el
actuar o tomar decisiones llevados por la desesperación es lo que nos hace
equivocar.
3.
Tener un propósito definido y estar seguro de lo que se hace.
1
Corintios 9. 26 “Por tanto, yo de esta manera corro, no como sin tener meta; de
esta manera peleo, no como dando golpes al aire.” Las personas inseguras y que
no saben que es lo que quieren, por lo general viven del afán y la ansiedad.
El
saber qué es lo que queremos y para donde vamos genera en nosotros paciencia y
tranquilidad.
Solo
las personas que dominan el arte de saber esperar son quienes triunfan y logran
todo lo que se proponen, esperemos sin desesperarnos y tendremos una vida de
éxito.
Dios
les bendiga abundantemente.
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