miércoles, 20 de enero de 2021

Cada día... Dios con nosotros.

 


CADA DÍA CON DIOS

Dios con nosotros.

 

Para todos los siervos de Dios en la antigüedad lo más importante siempre era la presencia de Dios.

Es la presencia de Dios en nuestra vida la que la transforma.

Para el rey David el asistir al templo no solo era un acto de costumbre o de necesidad material.

David iba al templo porque anhelaba de todo corazón tener un encuentro con Dios.

Salmos 27. 4 “Una cosa he pedido al Señor, y ésa buscaré: que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor, y para meditar en su templo.” De esta forma deberíamos nosotros acudir al templo anhelando la presencia de Dios.

Que garantiza la Presencia de Dios en Nosotros.

1. Prosperidad en medio de la adversidad.

Génesis 39. 2 “Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio.” Jehová no saco a José de la esclavitud, pero en la esclavitud conoció la prosperidad.

Ser prospero es tener la capacidad de vivir bien en lo poco o en lo mucho. Filipenses 4. 12 “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.”

Muchas personas confunden prosperidad con riqueza, la riqueza no es más que la acumulación de bienes, muchos viven en abundancia, pero no la disfrutan y viven mal

2. Todo lo que se hace queda bien.

Génesis 39. 3 “Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.” Esto no significa que nunca se falle, cuando alguien tiene la presencia de Dios tiene que luchar duro para conseguir algo, pero siempre le queda bien.

Una persona que tiene la presencia de Dios, proyecta paz y tranquilidad aun en medio de las dificultades.

3. Tenemos Gracia delante de los demás.

Génesis 39. 4 “Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía.” Las puertas de las oportunidades se abren para el que tiene la presencia de Dios, eso no es buena suerte, esto se llama, Gracia de Dios.

No a todos, pero si a la mayoría le caemos bien, es decir les agrada estar con nosotros y por eso se sienten en la necesidad de ayudarnos.

4. Todo lo que está a nuestro lado también es bendito, lo que tocamos florece.

Génesis 39. 5 “Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.” La presencia de Dios en nosotros nos bendice y la bendición en nosotros se proyecta a los demás.

Todo aquel que dice tener la presencia de Dios en su vida, debe ser una persona de bendición para los demás.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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