sábado, 27 de febrero de 2021

Cada día... Agradecidos a Dios.

 


CADA DÍA CON DIOS

Agradecidos con Dios

 

El agradecimiento con Dios o con cualquier persona debe ser mucho que tan solo de palabras.

Posiblemente ser agradecidos con alguien aquí en la tierra es mucho más fácil ya que es alguien que vemos y que de manera material podemos agradecer.

Ya que a Dios no lo vemos creemos que nuestro agradecimiento se debe limitar tan solo a palabras y nada más.

La mayoría de nosotros los cristianos somos muy agradecidos tan solo de boca

Jesucristo quiere que seamos agradecidos con él por todo lo que ha hecho por nosotros, pero quiere que nuestro agradecimiento también se vea reflejado de manera material.

Mientras la obra de Dios se haga aquí en la tierra se necesita recursos económicos para construir templos, arrendar locales, pagar servicios o salarios.

Dios solicita ofrenda para su obra aquí en la tierra, pero solo de los Generosos de Corazón. Éxodo 35. 4 - 5 “Y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado: Tomad de entre vosotros ofrenda para Jehová; todo generoso de corazón la traerá a Jehová; oro, plata, bronce,” Dar con dolor y con tacañería en lugar de transmitir bendición transmite maldición.

El contribuir y el hacer la obra de Dios es de personas sabias. Éxodo 35. 10 “Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que Jehová ha mandado:” Contribuir para la obra de Dios es invertir en nosotros mismos ya que Jesucristo se encarga de multiplicar lo que queda con nosotros. Mateo 19. 29 “Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.”

Solo las personas agradecidas contribuyen de buena voluntad. Éxodo 35. 21 “Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras.” Dar de manera voluntaria genera bendición y multiplicación, no es lo que damos es lo que Dios hace con lo que damos.

Lo que vallamos a recibir o a cosechar el día de mañana depende de lo que sembremos hoy.  La cuantía de la cosecha depende de la cuantía de la siembra. 2 Corintios 9. 6 “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.”

Del amor que siembres en los demás y en especial en nuestra familia es el que recibiremos el día de mañana, si  estamos esperando a jubilarnos para tener tiempo, para nuestros hijos porque ahora estamos muy ocupados trabajando, el día de mañana cuando busquemos a nuestros hijos ellos ya no tendrán tiempo para nosotros, también estarán muy ocupados trabajando.

Lo que sembremos es lo que cosechamos, no podemos cosechar amor si lo que sembramos fue odio, no podemos cosechar tiempo cuando nunca lo sembramos en nuestra familia. Gálatas 6. 7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”

El sembrar y el cosechar no solo tiene que ver con dinero. De todo lo que sembremos es lo que cosecharemos. Recordemos que la ley de la siembra consiste en que si sembramos un grano jamás vamos a cosechar el mismo grano. Siempre cosecharemos multiplicado lo que sembremos.

Dios ama al dador alegre. 2 Corintios 9. 7 “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”

Solo a medida que uno da es como también recibe. Lucas 6. 38 “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.”

El generoso siempre piensa en generosidades y por eso será exaltado, el rico generoso entre más rico cada día es más rico. Y el pobre generoso al ser exaltado cada día sale más de su pobreza. Isaías 32. 8 “Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado.”

Si no nos gusta lo que hasta hoy estamos cosechando entonces consideremos el cambiar lo que estamos sembrando. El qué sembrar y el qué cosechar es nuestra decisión. Dios solo nos hace la sugerencia de cómo hacerlo.

Dios les bendiga abundantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario