sábado, 9 de enero de 2021

Cada día... El mal de las mentiras.

 


CADA DÍA CON DIOS

El Mal de las Mentiras.

 

El miedo a no ser aceptado por los demás y la inseguridad en nosotros muchas veces nos lleva a mentir a querer aparentar frente a los demás.

Desde la niñez, el deseo de mentir se hace evidente. Los niños mienten imaginándose cosas, mienten imitando a sus padres, mienten al exagerar las cosas, mienten para ser aceptados en su núcleo social, mienten para evitar el castigo, mienten para ser recompensados, mienten con el fin de desquitarse.

A medida que el niño crece, el hábito de mentir es algo que se va quedando atrás. Pero en muchos casos, el hábito de mentir se convierte en una costumbre a medida que el niño llega a joven y luego a adulto.

Toda persona en algún momento de su vida miente, aunque luego se arrepienta. Muchas mentiras son de manera inconsciente: cuando alguien nos llama en la noche y nos dice: ¿perdón lo desperté? Nosotros respondemos no…tranquilo. Nos da pena decirle ¡Sí! Me despertó estaba profundamente dormido.

El mentiroso es un individuo que experimenta un desajuste de personalidad y un desorden de carácter que lo motiva a sentirse inseguro de sí mismo y a refugiarse detrás de las apariencias.

Los diferentes traumas como el miedo al rechazo hacen que mintamos, el problema de las mentiras es que siempre generan consecuencias negativas para los demás. Génesis 20.  18 “Porque Jehová había cerrado completamente toda matriz de la casa de Abimelec, a causa de Sara mujer de Abraham.” En especial dañamos a los que más amamos. Génesis 20.   2 b “. Y Abimelec rey de Gerar envió y tomó a Sara.”

Las mentiras generan ansiedad, angustia, estrés, mal genio, nos hacemos daño a nosotros mismos y no podemos avanzar.

Abraham ya se estaba acostumbrado a las mentiras.

Génesis 20.   2 “Y dijo Abraham de Sara su mujer: Es mi hermana.” Recordemos que no era la primera vez que lo hacía. Génesis 12. 13 “Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.”

El problema de las mentiras es que dañan a las personas que están a nuestro alrededor.

Génesis 20. 9 “Después llamó Abimelec a Abraham, y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿En qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan grande pecado? Lo que no debiste hacer has hecho conmigo.”

En el mundo se dice que una verdad a medias es lo mismo que una mentira. No importa si la mentira es completa o a medias. Mentira es mentira.

Génesis 20.   12 “Y a la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y la tomé por mujer.”

Dios manda a que tenemos que evitar las mentiras y siempre hablar con la verdad.

Efesios 4. 25 “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.”

A Dios le molesta las mentiras porque el diablo es un mentiroso que siempre ha querido engañar al pueblo de Dios. Juan 8. 44 “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.”

Los mentirosos no entraran a la ciudad eterna. Y aquí en la tierra difícilmente gozaran de paz, la mentira causa ansiedad, la ansiedad produce estrés y el estrés causa mal genio. Apocalipsis 21. 27 “No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.”

Dios castiga a los mentirosos.

Apocalipsis 21. 8 “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.”

Dios es misericordioso y a pesar de nuestros errores si nos arrepentimos él nos utiliza para sus propósitos.

Génesis 20. 7 “Ahora, pues, devuelve la mujer a su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si no la devolvieres, sabe que de cierto morirás tú, y todos los tuyos.”

La mentira es un pecado como cualquiera por lo tanto de nosotros depende caer en el o no. El pecado está a la puerta asechándonos, pero nosotros podemos dominarlo.

Génesis 4. 7 “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.”

A pesar de que Dios nos perdona no es bueno que caigamos en la mentira, no dejemos que ese mal se apodere de nuestra alma. El no mentir es nuestra decisión. Nosotros decidimos si lo hacemos o no.

Dios les bendiga abundantemente.

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