UN MOMENTO CON DIOS
La voluntad de Dios y no la
nuestra
“Sírvanle pueblos, Y naciones se inclinen a ti; Sé señor de tus hermanos, Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren, Y benditos los que te bendijeren”. (Génesis 27. 29)
A medida que se avanza en la
historia, es evidente que Isaac se sorprendió al darse cuenta de que había
bendecido al hijo "equivocado", pero los planes y propósitos de Dios
nunca serán frustrados por ningún hombre, y Jacob era la elección de Dios. Dios
había elegido a Jacob y era capaz de llevar a cabo todo lo que se proponía para
él. En su gracia, el Señor utilizó el subterfugio de Rebeca y las mentiras de
Jacob para anular los planes secretos de Isaac y cumplir su propia y perfecta
voluntad. Pero qué triste es que estas dos personas no confiaran en Dios para
llevar a cabo su plan perfecto, sin su interferencia humana o su engaño impío.
Al reflexionar sobre los
errores tontos y las actitudes egoístas que esta familia cometió en su relación
con los demás, junto con su desprecio por el poder omnipotente y la gran
sabiduría de Dios, podemos ver que la voluntad soberana de Dios siempre se
cumplirá, independientemente de quién trate de oponerse a Él. También podemos
estar agradecidos de que, en Su gracia, Él puede incluso utilizar nuestras
acciones equivocadas y nuestras elecciones insensatas para cumplir sus planes.
Estemos preparados y
dispuestos a escuchar Su voz, a creer en Su Palabra y a someternos de buen
grado a Su voluntad, y que recordemos siempre que Sus caminos son más elevados
que los nuestros y tengamos siempre la humildad de decir: "Hágase tu
voluntad, no la mía".
Dios les bendiga
abundantemente.
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