UN MOMENTO CON DIOS
Controlados por el Espíritu
Santo
“Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu” (Efesios 5. 17, 18 )
Cuando pensamos en la
expresión "lleno del Espíritu", a menudo la relacionamos con una
experiencia emocional o un sentimiento de euforia, pero en realidad, la palabra
"lleno" podría traducirse como "controlado". Una palabra que
refiere a lo que ocurre cuando el viento llena las velas de un barco y lo guía
o lo empuja hacia un determinado lugar. Del mismo modo, se nos revela en la
Palabra de Dios que la clave está en dejar que Su Espíritu nos llene y controle
nuestras vidas.
Otro aspecto interesante sobre
la palabra "llenar", es que en la lengua original en la que fue
escrita en el versículo de hoy, está en un tiempo verbal que expresa
continuidad, algo que no debe parar de llevarse a cabo, es decir, hacerse sin
detenerse en el tiempo. Así que podríamos entender esta frase como "estar
constantemente llenos del Espíritu Santo". No se trata de un hecho
puntual. Más bien, es algo que ocurre repetidamente, tan importante como
alimentarnos cada día para mantener nuestra energía y salud física.
Dios quiere llenarnos de Su
Espíritu. Por ello, una hermosa oración que podemos hacerle a Nuestro Padre
Celestial podría ser: "Señor, lléname de tu Espíritu. Señor, lléname una
vez más". Podemos tener experiencias emocionales. También podemos no tener
experiencias emocionales. Resulta que eso tiene muy poco que ver con la
realidad de "estar llenos y controlados por el Espíritu".
Otro punto sobre el versículo
18 de Efesios 5 es que se trata de un mandato, no de una sugerencia. La
Escritura no está diciendo: "Si tu rutina te lo permite, o si no te
importa, ¿podrías tal vez considerar la posibilidad de dejar que el Espíritu
Santo te llene y te controle?". Más bien, Dios está diciendo que nos
ordena, nos manda que seamos llenos del Espíritu Santo.
Y el Dios de esperanza os
llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el
poder del Espíritu Santo. (Romanos 15. 13)
¿Cómo va nuestra esperanza? Lo
que vemos y oímos tiende a dictar gran parte de lo que sentimos y creemos.
Hemos vivido en circunstancias difíciles, extremadamente turbulentas. Tanta
información triste y malas noticias presagiando problemas físicos, económicos y
políticos probablemente nos dejen ansiosos, retraídos, con poca o ninguna
esperanza en el futuro.
Pero la Biblia nos dice que
Dios es el Dios de esperanza.
Nuestra esperanza renacerá si
tenemos a Dios como centro de nuestra atención y motivación. Entonces, por el
poder del Espíritu, rebosaremos de la esperanza viva que viene de Dios.
Dios les bendiga
abundantemente.
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