UN MOMENTO CON DIOS
El consejo de Dios
“El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído”. (Proverbios 21. 13)
Leemos en las Escrituras que
el rey Salomón tenía un programa de construcción muy sólido en Israel, y que le
costó muy caro. Para poder lograr sus objetivos, cobró muchos impuestos a su
pueblo. Así que cuando su hijo Roboam subió al trono, el pueblo le pidió
misericordia (1 Reyes 12. 1 - 19) Desafortunadamente, el rey Roboam se negó a
escuchar el consejo piadoso de los ancianos. Eligió hacer lo que le sugerían
sus jóvenes consejeros, y el resultado fue una rebelión que arrasó la nación de
Israel y la partió en dos.
¿Qué hace que una persona
escuche un consejo impío? Los errores cruciales suelen ser el resultado de
ambiciones egoístas. Sopesamos nuestras opciones y elegimos las que apelan a
nuestro interés personal. Es común que los líderes se rodeen de aquellos que
estarán de acuerdo con sus aviones, incluso si esos aviones en última instancia
conducen a la destrucción. Puede parecer increíble, pero sucede a menudo.
Ciertamente le sucedió a Roboam. Antes de que pudiera ser coronado rey, el
pueblo se rebeló contra su poder equivocado. Primera de Reyes 12. 19 nos dice:
“Así se apartó Israel de la casa de David hasta hoy”.
Asegurémonos de que el consejo
que recibimos proviene de Dios. No nos presionemos a reaccionar a las palabras
de otros. En lugar de eso, pasemos tiempo en oración, pidiéndole al Señor que
confirme, guía y provea la sabiduría que necesitamos, y actuemos de la manera
amorosa, compasiva y misericordiosa que Él nos indica, sin importar lo difícil
que parezca. Si el rey hubiera escuchado a sus consejeros piadosos, la nación,
al menos por el momento, habría permanecido unida. En cambio, la decisión de
Roboam condujo a un costoso error del que Israel nunca se recuperó.
Dios siempre está dispuesto a
guiarnos, si aprendemos a escucharlo.
Dios les bendiga
abundantemente.
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