CADA
DÍA CON DIOS
Una
Vida de Excelencia.
Jesucristo además de darnos salvación y vida eterna también quiere que aprendamos a tener vidas dignas o vidas de excelencia, ser excelente no es ser perfecto, ser excelente es tener la capacidad de cada día ser mejores.
Lo
que genera conflictos entre nosotros los seres humanos es la falta de
convivencia, cada día hay menos tolerancia, cada día toleramos menos a los
demás.
La
única forma de hacer de este mundo un lugar vivible es si permitimos que
Jesucristo nos enseñe a vivir mejor
Como
podemos lograr una vida de excelencia.
1.
Ayudando sin ningún interés de recompensa o de fama. Mateo 6. 2 “Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar
trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las
calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa.” Muchas personas hacen buenas obras pero no porque sean muy buenos
lo hacen simplemente porque esperan ser más populares.
Dios
quiere que hagamos buenas obras pero por amor. Mateo 6. 3 “Mas cuando tú des
limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,” Las personas que hacen
cosas para los demás pero de manera interesada por lo general se sienten vacíos
y decepcionados cuando no consiguen el reconocimiento que esperaban.
2.
Orar para estar en intimidad con Dios y no para que nos consideren los más
santo. V 5 “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el
orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos
de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa” No se trata de
competir por quien es el que ora mejor no nos convirtamos en un profesional de
la oración. La oración más que de técnica se trata de corazón. Mateo 6. 7 “Y
orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su
palabrería serán oídos”
La
verdadera oración se la hace con humildad. Así estemos en un lugar público
aprendamos a estar en intimidad con Dios. Mateo 6. 6 “Mas tú, cuando ores,
entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto;
y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Nuestro corazón
puede ser nuestro aposento y nuestros ojos pueden ser las puertas. No permitamos
que nada nos impida estar en la presencia de Dios.
3.
Ayunemos para estar en intimidad con Dios y no para llamar la atención de los
demás. Mateo 6. 16 “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los
hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que
ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa” Los ayunos que se
organizan con el ánimo de solo pedir milagros son desagradables para Dios.
Zacarías 7. 5 - 6 “Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes,
diciendo: Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos
setenta años, ¿habéis ayunado para mí? Y cuando coméis y bebéis, ¿no coméis y
bebéis para vosotros mismos?”
4.
No acumulemos riquezas solo para nosotros. Mateo 6. 19 “No os hagáis tesoros en
la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y
hurtan” Trabajar duro tan solo para acumular dinero hace que la vida no tenga
sentido. Nuestro trabajo debe tener una motivación y que mejor que esa
motivación sea nuestra familia y el reino de Dios.
Nosotros
debemos manejar el dinero y no debemos permitir que el dinero nos maneje a
nosotros. Mateo 6. 24 “Ninguno puede
servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al
uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” Tener
dinero o anhelar tenerlo no es malo lo malo es el excesivo amor al dinero. 1
Timoteo 6. 10 “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual
codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos
dolores.”
Él
nos saber para qué hacemos las cosas causa afán y desesperación. Mateo 6. 25
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué
habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida
más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” No importa cuánto nos
afanemos las cosas siempre serán como son. Mateo 6. 27 “¿Y quién de
vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” Esto no
quiere decir que no debemos tener planes para nuestra vida.
La
única forma de vivir en paz en este mundo es si aprendemos a tener buena
convivencia con los demás, nuestra forma de actuar debe ser sincera y no
motivada por el que dirán de los demás.
Dios
les bendiga abundantemente.
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