CADA
DÍA CON DIOS
Una
Vida con Frutos.
Una vida estéril es una vida sin propósito, sin metas, sin sueños. Una vida sin propósito no tiene nada por lo cual luchar.
Dios
no es un Dios de casualidades él sabe perfectamente que es lo que quiere.
Nosotros somos hechos a su imagen y semejanza Dios a cada uno nos hizo con un
propósito.
Para
Dios una persona que no da frutos es una persona inútil. Mateo 21. 18 -19 “Por
la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Y viendo una higuera cerca del
camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo:
Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.”
Jesucristo
mide la capacidad de una perdona a través de sus frutos. Mateo 7. 16 “Por sus
frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los
abrojos?”
Como
conseguir frutos.
1.
Trabajando. 2 Timoteo 2. 6 “El labrador, para participar de los frutos, debe
trabajar primero.” Todos nuestros sueños o propósitos podrán ser una realidad
si trabajamos por conseguirlo. No basta con que tengas una lista de lo que queremos
también es necesario que empecemos a trabaja por ello.
2.
Hacer buenas obras. Tito 3. 14 “Y aprendan también los nuestros a ocuparse en
buenas obras para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto” no solo
obras de caridad. Las obras que ejecutamos nos deben conducir a la consecución
de lo que nos hemos propuesto.
3. Amando
lo que hacemos. 2 Pedro 1. 7 - 8 “a la piedad, afecto fraternal; y al afecto
fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os
dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor
Jesucristo.” Solo cuando amamos lo que hacemos nos sentimos bien y sobre todo
damos frutos. Es imposible rendir en un lugar donde nos sentimos incomodos.
4.
Estando junto a Cristo. Juan 15. 5 - 6 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos;
el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de
mí nada podéis hacer.” Solo cuando tenemos a Cristo en nuestro corazón somos
capaces de dar más de lo que tenemos que dar. Jesucristo nos llena de su amor y
el amor nos da fuerzas y pación para hacer bien lo que tenemos que hacer.
Podríamos
preguntarnos. ¿Qué frutos estamos dando? Los frutos son importantes en cada
área de nuestra vida. Como padres, como hijos, como miembros de una sociedad,
en la iglesia, en el trabajo. Etc.
Que
ganamos cuando luchamos por producir.
1.
En lo Espiritual. Cuando damos frutos nos convertimos en discípulos. Juan 15. 8
“En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis
discípulos.” Es decir los frutos son los que nos identifican como discípulos de
Cristo. No basta con decir que pertenecemos a alguna iglesia lo importante es
dar frutos para Cristo.
2.
En lo secular. Logramos alcanzar todas nuestras metas o hacer realidad cada uno
de nuestros sueños.
Dar
frutos no es una opción. Dar frutos es una orden y la única forma de dar frutos
es estando junto a Jesucristo. Juan 15. 2 “Todo pámpano que en mí no lleva
fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve
más fruto.”
Una
persona que no da frutos es una persona estéril o inútil. Solo con Jesucristo
en nuestro corazón y mucho esfuerzo de nuestra parte nos convierte en personas
útiles.
Dios
les bendiga abundantemente.
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