CADA
DÍA CON DIOS
Que
no Cambie nuestra Esencia
Nuestra
esencia es lo que nosotros decidimos ser.
Tenemos
la capacidad de ser lo que queremos ser a eso se le llama esencia.
El problema es que muchas veces permitimos que lo de afuera dañe lo que somos por dentro.
Jesucristo
nos dice a través de su Palabra que nosotros estamos hechos para influenciar a
los demás y no permitir que los demás influencien sobre nosotros o sobre
nuestra vida. Jeremías 15. 19 “Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres,
yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo
vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a
ellos.”
Los
seres humanos somos influenciables, nos dejamos influenciar por otras personas,
por las circunstancias o por nuestros temores.
Pedro
había tomado una decisión muy importante. Él había determinado nunca negar a
Jesucristo. Mateo 26. 35 “Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo,
no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.”
Lo que
Pedro no sabía es que las circunstancias negativas o favorables que tenemos que
vivir en muchas ocasiones terminan cambiando nuestra esencia.
Nuestra
esencia está conformada por todos los valores y principios con los cuales nos
formaron o valores y principios que nosotros decidimos aplicar en nuestra vida.
Que
sucede cuando permitimos que cambien nuestra esencia.
1.
Nos olvidamos de lo que somos o de lo que queremos ser. Mateo 26. 69 - 70
“Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo:
Tú también estabas con Jesús el galileo. Mas él negó delante de todos,
diciendo: No sé lo que dices” A Pedro se le olvido la promesa que le había
hecho a Jesús. “Nunca negarlo”
2.
Nuestra forma de actuar cambia. Mateo 26. 74 “Entonces él comenzó a maldecir, y
a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo.” Pedro tenía una
forma particular de hablar, la forma de hablar de Pedro lo identificaba como
discípulo de Jesús. Mateo 26. 73 “Un poco después, acercándose los que por allí
estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun
tu manera de hablar te descubre.”
Que
cambia nuestra Esencia.
1.
La ansiedad. La desesperación hace que tomemos malas decisiones y que nuestro
comportamiento sea desagradable. Jesucristo quita de nuestro corazón
todo tipo de ansiedad. 1 Pedro 5. 7 “echando toda vuestra ansiedad sobre
él, porque él tiene cuidado de vosotros”
2.
La amargura. Hebreos 12. 15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la
gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por
ella muchos sean contaminados” las personas que se dejan llevar por la amargura
se transforman de tal manera que no parecen ser los que estamos acostumbrados a
tratar.
3.
El enojo. Efesios 4. 26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre
vuestro enojo” las personas que se enojan con facilidad por lo general dejan de
ser quienes eran para convertirse en algo desagradable ante los demás.
Como
conservar nuestra Esencia.
1.
Manteniendo siempre la paciencia. Efesios 4. 2 “con toda humildad y
mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,” La
intolerancia hace que las personas dejen de ser quienes son, la intolerancia es
la raíz de toda manifestación de violencia.
2.
Teniendo muy en claro lo que queremos ser. 2 Corintios 2. 1 “Esto, pues,
determiné para conmigo, no ir otra vez a vosotros con tristeza” El mantener
nuestra buena esencia es nuestra decisión, nosotros decidimos como queremos
vivir en amargura o en felicidad.
Nunca
permitamos que las circunstancias difíciles de la vida o las malas influencias
dañen nuestra esencia, la esencia de todo cristiano debe ser el servir a Cristo
y el ayudar a los demás con amor y sin ningún tipo de Interés.
Dios
les bendiga abundantemente.
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