miércoles, 3 de marzo de 2021

Cada día... Una vida perfecta.

 


CADA DÍA CON DIOS

Una Vida Perfecta

 

La orden de Dios es que seamos perfectos, no es una opción es una orden. Mateo 5. 48 “Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.” La perfección según el concepto de Dios es diferente a nuestra perfección, para muchos de nosotros ser perfectos es estar libres de todo tipo de error.

Para Jesucristo ser perfecto es tener la capacidad de ser mejor cada día.

La perfección no es la meta, la perfección es un camino que se transita todos los días.

La perfección es una característica que la debemos tener como personas, en nuestro trabajo, en el estudio y en cada actividad que tengamos a diario.

Si la orden de Dios es que seamos perfectos, la pregunta es. ¿Por qué no lo conseguimos? La respuesta es sencilla, no somos perfectos porque hacemos las cosas mal, nos equivocamos, pecamos es decir erramos al blanco, nos equivocamos de manera constante.

Pecar no solo tiene que ver con la vida espiritual, pecar es simplemente equivocarnos, el significado de pecar es errar al blanco.

Como logramos vida de Perfección.

1. Reconociendo que Todos nos Equivocamos.

Levíticos 4. 2 “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguna persona pecare por yerro en alguno de los mandamientos de Jehová sobre cosas que no se han de hacer, e hiciere alguna de ellas;”

2. Detectando el error. Levíticos 4. 23 “luego que conociere su pecado que cometió, presentará por su ofrenda un macho cabrío sin defecto.” Es necesario saber qué es lo que origina el error, los problemas son como los incendios, de nada sirve vaciar el extintor sobre las llamas, si quieres apagar el incendio debes dirigir el chorro del extintor en la base, donde se origina el fuego.

3. Obligándonos hacer lo correcto. 1 Corintios 9. 27 “sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.” Una vez detectado el error es necesario corregirlo es decir es necesario que hagamos lo correcto.

4. Haciendo más de lo que nos toca. Lucas 17. 10 “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.” Solo si nos esforzamos por hacer más de lo que nos toca lograremos la perfección en todo lo que hagamos.

5. Volviendo a empezar. 2 Corintios 5. 17 “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” Con Cristo somos nuevos no porque nazcamos de nuevo de manera fisca, somos nuevos porque tenemos la oportunidad de comenzar de nuevo.

Nunca es tarde para arrepentirnos y corregir, sin corrección no hay perfección.

Ser perfecto no es estar libres de todo error, ser perfecto es tener la capacidad de cada día luchar por ser mejores. Ser perfecto no es fácil pero tampoco imposible, ser perfectos es una decisión nosotros decidimos si queremos mejorar o no.

Dios les bendiga abundantemente.

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