martes, 30 de marzo de 2021

Cada día... Rompiendo culturas.

 


CADA DÍA CON DIOS

Rompiendo culturas.

 

El evangelio de Jesucristo es algo que no se puede adaptar a las diferentes culturas, son las culturas las que se tienen que adaptar al cristianismo.

Muchos misioneros dicen abrir obra en muchas comunidades que por su cultura adoran a muchos dioses, esto es algo muy bueno lo malo es que muchos de ellos predican un evangelio liviano manejable en cualquier cultura. 

Muchos misioneros lo único que han hecho es llevarle a estas comunidades otro dios más, si creían en las piedras, o en cualquier otro ídolo ahora a esa lista de dioses le aumentaron  a Jesucristo.
El pueblo de Israel tenía que moverse frecuentemente, por lo tanto era muy común habitar en medio de otras culturas.

La advertencia de Dios era muy clara el pueblo de Dios no tenía que aprender de otras culturas ni de Egipto de donde salió ni de Canaán a donde llegaría. Levíticos 18. 1 - 3 “Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Jehová vuestro Dios. No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos.”

La clave para que el pueblo de Dios continuara disfrutando de sus bendiciones seria el cumplir fielmente sus mandamientos. Levíticos 18. 4 - 5 “Mis ordenanzas pondréis por obra, y mis  estatutos guardaréis, andando en ellos. Yo Jehová vuestro Dios. Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová.”

La orden era que los demás deberían convertirse a las creencias de Israel y no ellos convertirse a las creencias de los demás pueblos. Jeremías 15. 19 “Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.”

En el camino se encontrarían con muchos valles de huesos secos pero sería la Palabra de Dios los que les daría vida. Ezequiel 37. 4 - 6 “Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.”

No permitamos que el deseo de ver la iglesia llena de gente nos lleve a vivir en ansiedad, y la ansiedad te haga tomar estrategias del mundo. Recordemos que el mundo es enemigo de Dios. Santiago 4. 4 “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” No nos convirtamos nosotros también en enemigo de Dios.

La modernidad nos debe llevar mejorar la difusión de la Palabra de Dios, nunca la modernidad nos debe llevara desvirtuar el poder de la Palabra de Dios.

Estamos hechos para ser sal, pero es necesario que la sal no pierda su capacidad de salar. Mateo 5. 13 “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.”

Como pueblo de Dios somos luz, la luz no tiene ninguna relación con las tinieblas, el mandato de Jesús es muy claro debemos salir de la amistad con el mundo. 2 Corintios 6. 14 - 18 “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?  ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?  ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios,  Y ellos serán mi pueblo. Por lo cual,  Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,  Y no toquéis lo inmundo;   Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre,  Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.”

No permitamos que el amor por el mundo dañe nuestra relación con Dios, estamos para marcar diferencia no dejemos que los incrédulos o los cristianos tibios nos contaminen y perdamos objetivo de predicar el verdadero mensaje del evangelio de Cristo. 

Dios les bendiga abundantemente.

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