CADA
DÍA CON DIOS
No nos
hagamos los distraídos.
Mientras estemos en este mundo es normal que tengamos problemas, el problema no está en el problema, el problema está cuando nos hacemos los distraídos frente a los problemas.
El
pueblo de Dios era muy numeroso por lo tanto era normal que alguno de sus
miembros pecara contra Dios, lo malo estaba en que el pueblo sea haga el que no
sabía nada.
Levíticos
20. 4 - 5 “Si el pueblo de la tierra cerrare sus ojos respecto de aquel varón
que hubiere dado de sus hijos a Moloc, para no matarle, entonces yo pondré
mi rostro contra aquel varón y contra su familia, y le cortaré de entre su
pueblo, con todos los que fornicaron en pos de él prostituyéndose con Moloc.”
Ver
los errores de los demás y denunciarlos muchas veces resulta fácil y a algunos
hasta les agrada convertirse en detectives privados para averiguarle la vida y
sus errores a todo el mundo.
Por
eso en esta ocasión veremos por qué no hacernos los distraídos con nosotros
mismos, que no ignoremos a propósito lo errores que podemos estar cometiendo.
El
hacernos los distraídos hace que no podamos corregir a tiempo y de esta manera
los problemas terminan agravándose.
La
única forma de llegar a tener vidas de excelencia y triunfar en lo que hacemos
es si tenemos la capacidad de ver en que estamos fallando.
Como
no hacernos los Distraídos.
1. Entendiendo
que el problema se puede agravar si no le prestamos atención de manera
oportuna.
La
única forma de resolver nuestros problemas a tiempo es siendo diligentes en
todo lo que tenemos que hacer. Romanos 12. 11 “En lo que requiere diligencia,
no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”
2. Creyendo
que los perjudicados somos todos. Los problemas que sucedan en nuestra familia
nos conciernen a todos. Jeremías 29. 7 “Y procurad la paz de la ciudad a la
cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis
vosotros paz”
3. Teniendo
un propósito claro en nuestra vida. 1 Corintios 9. 26 “Así que, yo de esta
manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea
el aire,” Las personas que saben que es lo que quieren pueden identificar con
facilidad cada problema que se les presenta.
4.
Amando lo que se hace. Colosenses 3. 23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de
corazón, como para el Señor y no para los hombres.” Las personas que aman lo
que hacen siempre están pendientes de cada detalle que les permita triunfar.
5. El
no ser tercos. Salmo 32. 9 “No seáis como el caballo, o como el mulo, sin
entendimiento, Que han de ser sujetados con cabestro y con
freno, Porque si no, no se acercan a ti” El adagio popular dice no hay
peor ciego que el que no quiere ver. Debemos aceptar que como humanos que somos
nos podemos equivocar y no solo una vez muchas veces.
No
tengamos miedo a reconocer nuestras equivocaciones, errar es de humanos, el
problema no está en equivocarnos el problema está en no reconocerlo para poder
corregir.
No nos
hagamos los distraídos, a si no queramos ver lo que nos está pasando igual las
cosas pasan, si dejamos que los problemas continúen sin corrección cuando queramos
ver ya puede ser muy tarde.
Dios
les bendiga abundantemente-
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