sábado, 6 de marzo de 2021

Cada día... La sangre de Cristo.

 


CADA DÍA CON DIOS

La Sangre de Cristo

 

En la antigüedad era prohibido tomar sangre ya que era considerada el medio de Dios para perdón de pecados. Levíticos 7. 26 “Además, ninguna sangre comeréis en ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de bestias.”

Hoy en día la única sangre que nos puede salvar es la de Jesucristo. Efesios 1. 7 “ en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia”.

Jesús de manera voluntaria entrego su vida y derramo su sangre para hacernos libres de pecado.

Muchas personas creen que para que la sangre de Cristo obre en nosotros lo único que se necesita es repetir: la sangre de Cristo me cubre. La sangre de Cristo no es una palabra mágica que al pronunciarla nos hace libres de todo lo malo. Tampoco es algo físico de lo contrario tendría que almacenarse su sangre para estarla untando sobre cada persona que se convierta.

Como opera la sangre de Cristo en nosotros.

1. Debemos aceptar que Jesucristo murió por nosotros. Romanos 5. 8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Nada en el mundo espiritual se hace realidad si no lo creemos. 

La fe es lo que abre la puerta a todo lo sobrenatural, sin fe el mundo sobrenatural pierde poder.

2. Debemos recibirlo en nuestro corazón, es decir debemos permitir que el more en nosotros. Juan 1.12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;”

Solo si Jesucristo vive en nosotros podrá hacer cambios en nuestra vida, nadie puede hacer cambios en un lugar donde no vive.

El recibir a Jesucristo en nuestro corazón debe ser más que un simplemente repetir una oración porque alguien nos dice que lo hagamos.

El recibir a Jesucristo debe ser un deseo genuino en el corazón de quien hace la oración.

No podemos camuflar la oración en una conversación cualquiera para que la persona la repita, la persona interesada de abrir su corazón. Apocalipsis 3. 20 “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”

3. Debemos proponernos estudiar la Palabra. Es la palabra de Cristo la que nos va transformando. 2 Timoteo 3. 16 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.”

La Palabra de Dios es la que nos dice cómo debemos actuar. 2 Timoteo 3. 17 “a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

4. Debemos permitir que la palabra se convierta en nuestra forma de vida, es decir debemos caminar guiados por la palabra. Salmos 119. 105 “Lámpara es a mis pies tu palabra,  y lumbrera a mi camino.”

La Biblia no es mágica simplemente nos da consejos prácticos que nos ayudan a tener vidas de excelencia, es decir a través de las enseñanzas bíblicas cada día vamos siendo mejores en todo.

5. Proponiéndonos Morir para el mundo y nacer para Cristo. Gálatas 2. 20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” el cambio de vida es una decisión personal y sobre esa decisión obra Jesucristo.

Jesucristo no cambia nuestra vida a la fuerza, el cambio de vida debe ser un deseo personal. No es fácil cambiar a pesar de haber tomado la decisión, por esta razón es necesario que Jesucristo actué en nuestra vida. Solo la sangre de Jesucristo puede transformar nuestra vida de manera radical, en nuestras fuerzas solo lo intentamos, pero el mundo y sus deseos terminan doblegándonos.

Dios les bendiga abundantemente.

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