CADA
DÍA CON DIOS
Administrando
nuestra Vida
Muchos de nosotros sin necesidad de haber estudiado administración financiera sabemos cómo administrar nuestros ingresos económicos, administramos muy bien nuestro salario y nuestras empresas.
El
problema de muchas personas es que no sabemos cómo administrar nuestra vida con
la misma efectividad como administramos nuestros bienes.
En
este capítulo 38 de Éxodo nos habla de la eficiente administración que había en
la construcción del santuario, se llevaba cuentas de hasta lo más mínimo. Éxodo
38. 24 “Todo el oro empleado en la obra, en toda la obra del santuario, el cual
fue oro de la ofrenda, fue veintinueve talentos y setecientos treinta siclos,
según el siclo del santuario.”
Los
afanes de esta vida, las preocupaciones, el corre, corre de cada día ha hecho
que no sepamos administrar nuestra vida.
La
clave para una buena administración de nuestra vida está en el equilibrio de lo
que hagamos, es bueno trabajar de manera intensa, pero también es necesario
descansar, nuestro cuerpo y nuestra mente se pueden agotar causando desordenes
en nuestro cuerpo.
Los
seres humanos tenemos relativa facilidad para controlar a los demás, pero
tenemos bastante complicación para liderarnos o controlarnos a nosotros mismos.
Para
Jesucristo es mucho más importante una persona que se sabe controlar a si mismo
que alguien que puede controlar a toda una ciudad. Proverbios 16. 32 “Mejor es
el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su
espíritu, que el que toma una ciudad.”
Jesucristo
nos ha dotado de espíritu de dominio propio, esto nos da la capacidad de
administrarnos a nosotros mismos. 2 Timoteo 1. 7 “Porque no nos ha dado Dios
espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”
Como
Administrar nuestra Vida.
1. Controlando
nuestras emociones. Jeremías 17. 9 “Engañoso es el corazón más que todas las
cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Cuando la Biblia habla de corazón se
refiere a nuestras emociones.
Las
emociones son engañosas nos hacen ver y oír cosas que no son, el miedo, la
rabia o la alegría son emociones que nos hacen equivocar a la hora de tomar
decisiones.
2. Controlando
nuestra manera de pensar. Filipenses 4. 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que
es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,
en esto pensad.” Nuestra manera de pensar nos puede llevar a conseguir el éxito
o el fracaso.
Los
pensamientos negativos nos quitan fuerza y nos desequilibran emocionalmente.
3. Pensando
en que es lo que nos conviene hacer. 1 Corintios 10. 23 “Todo me es lícito,
pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.” No todo
lo que nos es permitido hacer nos conviene.
El
hecho que todos lo hagan no significa que nosotros lo tengamos que hacer o que
sea bueno hacerlo.
4. Obligándonos
hacer lo que nuestras emociones no quieren. 1 Corintios 9. 27 “sino que golpeo
mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para
otros, yo mismo venga a ser eliminado.” Nuestras emociones tienden hacer lo que
nos parece agradable, pero no siempre lo agradable nos conviene.
5. Planificando
lo que queremos hacer. Lucas 14.28 “Porque ¿quién de vosotros, queriendo
edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene
lo que necesita para acabarla?” los buenos proyectos que tenemos serán posibles
si logramos organizar nuestras ideas.
6. Teniendo
una meta o propósito bien definido. 1 Corintios 9. 26 “Así que, yo de esta
manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea
el aire,” Solo las personas que saben que es lo que quieren y como conseguirlo
son quienes logran triunfar.
7. Haciendo
las cosas a Tiempo o siendo Diligente. Romanos 12. 11 “En lo que requiere
diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” todos
tenemos las mismas veinticuatro horas en el día.
Del
buen uso que le demos a esas horas dependerá lo que podamos conseguir, no es
que te falte tiempo es que no lo administras bien.
De
la buena administración que le demos a nuestra vida depende que logremos tener
éxito en todo lo que hagamos, sea espiritual, financiero o emocional. Una vida
organizada en todo sentido es tener una buena administración de nuestra vida.
Dios
les bendiga abundantemente.
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