CADA
DÍA CON DIOS
Que
Trasmitimos
Lo que nosotros recibimos de los demás y de la vida misma no es por lo que somos, es por lo que transmitimos.
Podemos
ser muy buenas personas y a la vez transmitir cosas malas.
En
la antigüedad las cosas se las consagraba a Dios con el fin de que esas cosas
pudieran transmitir santidad o cosas buenas a quienes las tocaban. Éxodo 30. 29
“Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos,
será santificado.”
Esto
no solo funciona con las cosas también funciona con las personas.
Todo
aquel que es consagrado a Dios tiene la capacidad de transmitir bendición a los
demás.
Ser
consagrado tiene que ver con mucho más que tan solo haber hecho un ritual o
haber orado por alguien.
Todo
en la vida el secreto está no solo en ser, lo importante esta en sentirse, el
apóstol Pablo a pesar de que estaba en una cárcel y hasta olvidado por sus
amigos él se sentía y se consideraba un bendito. Efesios 1. 3 “Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo”
Muchas
de las cosas que atraemos es por lo que transmitimos, si transmitimos cosas
positivas atraeremos cosas buenas. Job atrajo para él lo malo que sentía. Job
3. 25 “Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido
lo que yo temía”
Las
demás personas son lo que les transmitimos, una mujer embarazada que consume
alcohol o drogas esto puede influir de manera perjudicial en su bebe.
También
transmitimos a través de nuestras emociones, una madre que se siente positiva o
negativa también transmite estos sentimientos a su bebé.
Como
mejorar nuestra forma de ser para mejorar lo que transmitimos.
1. Cambiando
nuestra manera de pensar. Filipenses 4. 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que
es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,
en esto pensad.” Nosotros sentimos de acuerdo a lo que pensamos.
Escogiendo
lo que escuchamos, lo que escuchamos puede cambiar nuestra manera de pensar de
forma positiva o de forma negativa. 1 Corintios 15. 33 “No erréis; las malas
conversaciones corrompen las buenas costumbres”
Para
esto es necesario saber elegir muy bien a las personas con quien hablamos o con
quien nos relacionamos.
2. Sintiéndose
bien no importa la condición en la que este. Josué 14. 11 “Todavía estoy
tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es
ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar.” Calef se sentía
muy bien.
Calef
tenía 85 pero se sentía como de cuarenta, la clave está en cómo nos sentimos
puedes ser joven y sentirte viejo, o puedes estar viejo y sentirte joven.
Podemos
estar enfermos y sentirnos sano, podemos tener miedo, pero sentirnos valiente,
nosotros trasmitimos lo que nos sentimos. Joel 3. 10 “Forjad espadas de
vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy.”
Podemos
no tener dinero, pero sentirnos ricos. Apocalipsis 2. 9 “Yo conozco tus obras,
y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que
se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.” El sentirnos ricos
no va hacer que nos llegue dinero de la nada, pero proyectaremos positivismo
que nos dará valor para luchar.
Nosotros
atraemos lo que transmitimos, si transmitimos pesimismo eso es lo que atraemos,
si transmitimos positivismo y alegría eso es lo que atraemos, nuestra manera de
sentir es lo que determina lo que proyectamos a los demás.
Dios
les bendiga abundantemente.
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