miércoles, 3 de febrero de 2021

Cada día... No busquemos lo fácil

 


CADA DÍA CON DIOS

No Busquemos lo Fácil

 

Un líder es alguien que lleva la delantera que no hace lo que todo el mundo hace.

Una persona con espíritu de líder siempre es el mejor en el estudio, en el trabajo, en el hogar, en la iglesia y en cualquier actividad que emprenda.

Las personas de éxito buscan hacer lo más difícil de esta manera se aseguran de que nadie los siga.

Dios había escogido a Moisés para que liberara a su pueblo.

Pero en la condición en la que se centraba no le servía por esta razón empezaría a prepararlo como el líder que debía ser.

La única forma que tiene alguien para llegar a ser el mejor en todo lo que haga es aprendiendo a no buscar lo fácil.

Por esta razón Dios empezaría no haciéndole fácil la misión que le había encomendado. Éxodo 4. 21 “Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo”

El facilismo convierte en mediocre a una persona, las cosas buenas no son fáciles ya que si así fuera todo el mundo las podría obtener.

En este mundo solo hay dos caminos a seguir, el ancho que secularmente significa el facilismo y el estrecho que significa lo difícil.

Mateo 7. 13-14 “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”

Muchas personas sueñan con convertirse en el mejor empresario, en el mejor líder, el mejor estudiante. Etc.  Pero no quieren pagar el precio.

No buscar lo fácil sería: madrugar más, caminar más, hacer más de lo que nos toca. Mateo 5. 42 “Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses”

Las personas mediocres son aquellas que tan solo hacen lo que les toca, una persona mediocre equivale a ser inútil. Lucas 17.10 “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”

Que debemos hacer como buenos padres o líderes.

1. Entrenemos. Salmos 144. 1 “Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra.” Para David la mejor forma que tenía Jehová para protegerlo era entrenándolo.

Involucrémolos en lo que hacemos. 2 Reyes 4. 4-5 “Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. 5 Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.”

2. Acompañémoslos en sus experiencias difíciles. Isaías 43. 2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” Dios en ningún momento nos promete evitarnos pasar por las aguas o por el fuego, el promete estar con nosotros cuando pasemos por el agua o por el fuego.

A nuestros hijos o a quienes lideramos no les podemos prometer evitarles el sufrimiento, lo que podemos prometerles es que siempre contaran con nosotros.

El sufrimiento afina el carácter, hace crecer y desarrollarse a una persona. Muchos padres dicen: yo no quiero que mi hijo sufra lo que yo sufrí.

Nuestros hijos no sufrirán lo que nosotros sufrimos, pero tampoco lograrán las cosas que nosotros logramos.

El facilismo o el estar en una constante zona de confort lo único que hace en nosotros es debilitarnos y convertirnos en mediocres, el sufrimiento y el esforzarnos por hacer las cosas difíciles es lo que marca diferencia en una persona de éxito.

Dios les bendiga abundantemente.

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