miércoles, 14 de abril de 2021

Cada día... Una vida productiva.

 


CADA DÍA CON DIOS

Una vida productiva

 

Había una discusión bastante fuerte donde se cuestionaba el liderazgo de Aarón, la señal que daría Dios para identificar a su escogido sería una vara seca floreciendo y dando fruto.

Números 17. 8 “Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras” Dando a entender con esto que a quien Dios escoge necesariamente da frutos a si parezca todo perdido y aparente estar seco.

En muchas ocasiones llevados por las dificultades y problemas propios de este mundo nos sentimos secos y estériles.

Jesucristo de manera sobrenatural puede hacer que volvamos a florecer y a dar frutos, pero no siempre todo será de manera sobrenatural.

Jesucristo nos exige dar frutos. Mateo 7. 19 “Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.” Dios es un Dios de excelencia por lo tanto también nos exige y no cualquier fruto él dice que debemos dar buen fruto.

Una regla que nos permite medir el liderazgo de una persona está en los frutos. Más que nuestras palabras son nuestros actos lo que nos debe identificar. Mateo 7.  20 “Así que, por sus frutos los conoceréis.”

Por lo tanto, es necesario que aprendamos a tener una vida productiva. Como podemos llegar a ser productivos.

1. Teniendo un propósito que alcanzar. 1 Corintios 9. 26 “Por tanto, yo de esta manera corro, no como sin tener meta; de esta manera peleo, no como dando golpes al aire” De nada sirve trabajar duro si no se sabe que es lo que se quiere conseguir.

2. No creyendo ya haberlo alcanzado todo. Filipenses 3. 12 “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.” Quienes creen ya haberlo alcanzado todo se acomodan y se estancan.

La única forma de avanzar es creyendo que todavía hay un camino por recorrer.

3. Nunca retrocediendo. Filipenses 3. 13 a “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás.” El camino al éxito no es fácil solo llegan quienes no desisten.

4. Esforzándose por avanzar. Filipenses 3. 13 b “y extendiéndome a lo que está delante.” Las cosas importantes no son fáciles de conseguir.

5. Creyendo que somos ejemplo para los demás. 1 Corintios 11. 1 “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” Saber esto nos obliga a cada día ser mejores.

6. Amando lo que se hace. Colosenses 3. 23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.” Solo cuando amamos lo que hacemos lo disfrutamos y nos obligamos a cada día hacerlo mejor.

7. Siendo diligentes. Romanos 12. 11 “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.” Las personas diligentes no solo hacen las cosas bien, las hacen cuando se tienen que hacer y no cuando les conviene.

8. Haciendo más de lo que nos toca. Lucas 17. 10 “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha ordenado, decid: «Siervos inútiles somos; hemos hecho solo lo que debíamos haber hecho».” Dios es un Dios de resultados.

La única forma de llegar a tener prosperidad es si somos productivos, no basta con soñar con grandes cosas, es necesario actuar o producir. El mundo de los fracasados está lleno de personas soñadoras con buenos planes pero que no hacen nada por hacerlos realidad.

Dios les bendiga abundantemente.

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