sábado, 24 de abril de 2021

Cada día... Alabanza con continua.

 


CADA DÍA CON DIOS

Alabanza Continua

 

Cuando escuchamos el término alabanza por lo general siempre lo espiritualizamos y consideramos que solo tiene que ver con Dios. 

Alabanza simplemente significa elogiar o hablar bien de alguien.

En la antigüedad Dios exigía que se haga holocaustos y sacrificios de manera continua esto alegraba el corazón de Dios. 

Estos holocaustos se los hacía con animales. Números 29. 6 “además del holocausto del mes y su ofrenda, y el holocausto continuo y su ofrenda, y sus libaciones conforme a su ley, como ofrenda encendida a Jehová en olor grato” 

Hoy en día Dios ya no nos pide sacrificios de animales, pero nos pide a nosotros mismos. Romanos 12. 1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” 

También nos pide sacrificios de alabanza. Hebreos 13. 15 “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre” Jesucristo merece que de manera constante le estemos alabando. 

Jesucristo quiere que de nuestra boca no solo salgan palabras de reclamos, a esto se le llama quejabanza, él quiere también escuchar de nuestra boca palabras de amor, palabras bonitas. 

Dios quiere que lo amemos con todo nuestro corazón. Mateo 22. 39 “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” La alabanza no debe ser fingida, debe salir de nuestro corazón. 

La alabanza continua no solo es en el plan espiritual, también debemos alabar o hablar bien con las personas que están a nuestro alrededor, los que hacen parte de nuestra familia y los demás. 

Como Alabar de manera Constante. 

1. Haciendo de nuestra buena forma de hablar una costumbre. Efesios 5. 19 “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” Nuestra buena forma de hablar hace que tengamos buena relación con Dios y con los demás. 

Nosotros somos seres de costumbre, nos podemos acostumbrar a tratar mal a los demás o nos podemos acostumbrar a tratar bien. 

El tratar bien o tratar mal a los demás es nuestra decisión. De la forma como tratamos a los demás ellos nos tratan a nosotros. Mateo 7. 12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” 

2. Debemos esforzarnos para que nuestras palabras sean agradables para los demás. Colosenses 4. 6 “Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona.”  

Antes de hablar deberíamos pensar muy bien que reacción queremos causar en los demás, recordemos toda acción genera una reacción. 

A esto espiritualmente se le llama la ley de la siembra y la cosecha, secularmente se conoce como la ley de la compensación. Gálatas 6. 7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” 

3. Amándonos a nosotros mismos. Mateo 22. 39 “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Quien no se ama a sí mismo no puede amar a los demás, nadie da de lo que no tiene. 

La única forma de amarnos y amar a los demás es no permitiendo que a nuestro corazón entre la amargura. Hebreos 12. 15 “Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados;” 

Una persona amargada no disfruta del mismo ni de los demás, siempre vive en constante insatisfacción. 

4. Aprendiendo a ver las cosas buenas de los demás, todos los seres humanos tenemos una parte agradable y otra desagradable, depende de nosotros que queremos ver. 

El ser amorosos enriquece y fortalece toda relación. Cantares 1. 15 - 16 “He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; He aquí eres bella; tus ojos son como palomas. He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; Nuestro lecho es de flores.”  

La única forma de llegar a tener relaciones agradables y duraderas es si aprendemos a tratarnos con alabanzas y salmos de manera permanente, debe ser una forma de vida continua. 

Dios les bendiga abundantemente.

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