viernes, 12 de junio de 2020

Tiempo... Jeremías 29. 11



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jeremías 29.11)


El alfarero moldea con amor su barro. No se precipita. Quiere que sea perfecto. Incluso antes de que esté hecho sabe cómo será. Tiene un plan para su creación: será distinto a todas sus otras obras.
¿Qué hace el barro mientras el alfarero lo diseña? ¿Lo cuestiona? ¿Se queja de lo que se está haciendo? No. El barro se rinde totalmente al alfarero sabiendo que éste tiene un propósito perfecto en mente (Romanos 9.21). El Señor declara: “Porque yo sé los planes que tengo acerca de vosotros  pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.
La vida no es lineal, es un camino lleno de altos y bajos que junto a Dios puede ser recorrido en regocijo y paz. A pesar de haber sido marcado alguna vez por retos, pruebas, angustias, insatisfacciones, recuerda que El Señor nos brinda cada día una nueva oportunidad para escribir una historia totalmente diferente a la anterior y para mostrar que somos capaces de hacer realidad esa vocación de excelencia que sólo Él puede sembrar en nuestros corazones.
El propósito de Dios en nuestras vidas, justo como el alfarero que visualiza en el trabajo del barro su maravillosa obra, es de perfección, de bien, sustentado por su bondad, cuidado y amor para nosotros.
Por ello no nos propongamos menos que aquello para lo que El Señor nos ha preparado a través de los hermosos dones que ha puesto en cada uno de nosotros.
Empecemos a pensar como hijos de Dios, en abundancia, en crecimiento, en maduración. Pensemos en más, sabiendo que El Señor está con nosotros.
Dios les bendiga abundantemente.

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